ESTAMOS PUBLICANDO AHORA LOS RELATOS DE: GÉNERO: "LIBRE"; TEMA: "EMPECEMOS JUNTOS".

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jueves, 3 de diciembre de 2009

EL BOSQUE

Debía volver a pasar por ese sitio oscuro y tenebroso. El sólo pensarlo le erizaba los pelos de la nuca. Recordaba los árboles con esas formas horribles que semejaban humanos macabros, los alaridos que provenían de pájaros que no había visto, la niebla que invariablemente estaba siempre allí.
Había transitado ese camino muchas veces, y no podía evitarlo porque era el único que lo llevaba al otro poblado, al que trataba de no ir.
Pero esa mañana su madre necesitaba un medicamento que no encontraba en ninguno de los otros pueblos.
Miró por la ventana sintiendo un escalofrío al ver ese maldito lugar. Respiró hondo, se dijo que sería mejor emprender el camino lo antes posible.
Al salir de la casa un cuervo le cerró el paso, era muy grande y lo miró desafiante, como preguntándole si se animaría a ir. No le hizo caso y siguió. El ave voló muy cerca de su cabeza y lo acompañó, sería que no podría deshacerse del pajarraco, se preguntó.
Prosiguió su camino, y mirando de reojo volvió a ver la sombra negra del bicho. Lo perseguía, y cada tanto daba un graznido.
Se acercaba al paraje, sentía su corazón látir más rápido, costándole tragar. Estaba decidido a pasar y no hacer caso a las leyendas, nada malo pasaría, era producto de las habladurías y la ignorancia de los pobladores.
Se adentró en la espesura del bosque, la bruma comenzaba asomarse por dóquier y escuchó un grito desgarrado que no podía pertenecer a bestia alguna. Continuó, tarareando una vieja canción, distrayendo su mente en cualquier otra cosa que alejara sus pensamientos del miedo que estaba comenzando a experimentar.
Hizo un largo trayecto, pensando que había sido más corto la última vez. El olor a humedad no lo dejaba respirar, y a cada paso era más y más oscuro, los gritos lo estaban volviendo loco. Y la maldita ave seguía allí, a cada rincón lo encontraba parado en un árbol, mezclado en los arbustos, mirándolo como si lo quisiera dominar, hipnotizar. Y él caminaba más rápido para llegar al final.
En un trayecto del camino se cruzó con una anciana, gorda, desgarbada, que juntaba hiervas y al verlo, se acercó a él ofreciéndole un amuleto a cambio de unas monedas, hizo el trueque y se animó a preguntarle si faltaba mucho para llegar al pueblo. La mujer, le hizo un gesto con el bastón como marcándole la dirección, otro grito más que helaba la sangre. La bruja lanzó una carcajada macabra.
La senda desapareció, no había por donde seguir, un gran árbol, con una gran boca como un rictus de risa y ojos lastimeros cortaba el camino, intentó rodearlo, pero era imposible, había una laguna con su agua negra y pestilente.
De pronto apareció un hombre vestido de negro que le habló en un idioma que no conocía y le acercó una botella con un líquido espeso. Lo miró directamente a los ojos, la mirada que le devolvió le produjo pavor, pero debía seguir y tal vez hasta comerciar con él si quería llegar antes de la noche al poblado y luego volver por ese mismo rumbo.
Estiró la mano para tomar la botella, unos largos dedos oscuros, de uñas muy largas lo tomaron, al mirar se dio cuenta que era una rama, que lo estaba atrapando, sintió que otra asía sus piernas y de pronto estaba pegado al tronco. Sintió como lo succionaban por esa boca que estaba en medio, luchó con todas sus fuerzas pero era inútil y se desmayó.
Al despertarse se encontró en una caberna. Había una cerda con cara de mujer, un loro con rostro de hombre que repetía lo que el brujo decía. Una caldera negra de la que salía un humo verde y olor nauseabundo.
Estaba atado a una silla, el hechicero hizo un movimiento con sus manos y los animales rieron. Pensó que tal vez lo convertirían en un mostruo como ellos y comenzó a temblar, mientras la vieja que le había vendido el amuleto le abrió la boca para colocarle el líquido espeso de la botella.
Escuchó una voz conocida

- Tomás, Tomás, vamos arriba que se hace tarde y me quedé dormida- dijo la madre y agregó, - necesito que vayas hasta el pueblo vecino a buscarme un medicamento que no venden en ningún lugar.

Miró por la ventana y vio el bosque oscuro.


Aldhanax Swan

4 comentarios:

Marinel dijo...

Caray,Aldhanax, sí que da yuyu,sí...
Y pensar que ahora,tras esta pesadilla tenía que hacer ese recado...brrrrr
Muy bueno el relato, de verdad.De película de terror por completo.
Besos,guapa.

Soledad Arrieta dijo...

Muy muy bueno...
Felicitaciones!

Autores Reunidos dijo...

Ay, ay, ay... ¿se cumplirá la pesadilla? uf...
Muy bueno, amiga.
Enhorabuena.
Un beso
Natacha.

Pilar dijo...

Ufff, tiene que pasar dos veces el mal rato??? la primera en sueños y después la de verdad...Pobre!
Muy buen relato Adhanax.
Gracias y un beso.

Pilar