ESTAMOS PUBLICANDO AHORA LOS RELATOS DE: GÉNERO: "LIBRE"; TEMA: "EMPECEMOS JUNTOS".

ÓRDEN DE PUBLICACIÓN EN EL LATERAL DEL BLOG. DISFRUTAD DE LA LECTURA, AMIGOS.


martes, 30 de junio de 2009

ECHAMOS EL CIERRE EN PALACIO


Llegó la hora de que todos los autores y los príncipes se tomen un descanso… Estamos juntos desde hace casi un año… Ha sido una fecunda andadura. Con la publicación de más de 200 relatos (que se dice pronto), de los que todos hemos disfrutado, aprendido y bebido de sus sensaciones….
Mucho hemos gozado el príncipe y yo compartiendo estos momentos y haciéndolos nuestros de alguna manera.

Ha sido un placer recibir cada correo vuestro, los votos, las sugerencias, los textos, y claro, los ánimos, cuando han hecho falta también.
Disfrutamos tanto cuando el castillo estaba en calma y silencio, como cuando El gran salón se convertía en una locura de carreras y nervios, preparando una nueva fiesta, un nuevo tema…. Cuando en la torre norte, nos hemos reunido para preparar cada publicación… discutir novedades… con cada envío…

Todos tenemos blogs y vida propia y todos sabemos lo “cuesta arriba” que pueden ponerse las cosas a veces… Las zancadillas que la vida te pone a traición…
Esperamos, tanto Emig como yo, que estas circunstancias, que también han rondado nuestras vidas personales, no hayan afectado nunca al Reino de Comansi y que éste haya sido siempre un lugar calmo, suave y acogedor… Si lo hemos conseguido… estamos felices. Pusimos todo nuestro empeño y cariño en ello.

Durante el mes de Julio tomaremos vacaciones. No se publicarán textos. Pero estaremos ahí detrás, recibiendo vuestros correos y vuestros relatos del tema propuesto, para comenzar la actividad a primeros de agosto, con fuerzas renovadas.

Estos príncipes están orgullosos de todos vosotros. Orgullosos y agradecidos por tantas muestras de apoyo, respeto y buen hacer. Un lujo, con los tiempos que corren. Una energía bella y limpia ha recorrido cada rincón del Castillo. Su torre siempre oteando un cielo limpio y fresco… su jardín siempre embriagado con el aroma de sus autores, se mantiene tal como el primer día lo soñamos….

Gracias por la exquisitez de vuestra amistad, sin duda alguna, el tesoro más preciado que éstos príncipes podrían querer conservar…
Hasta la vuelta.

Emig y Natacha.

viernes, 26 de junio de 2009

Nueva fiesta en el Reino.

Queridos todos, de nuevo, un tema más agotado, exprimido... leído hasta el placer más intenso... Con cada tema nuevo encontramos nuevos autores, nuevos giros inesperados que no habíamos considerado al pensar en nuestra propuesta.

Hoy, de nuevo, la Torre de Palacio está encendida y abierto su paso para todo aquel que aprecie la escritura como parte de la creación...

La magia de la escritura queda patente en cada texto que se publica en el Reino, que tenemos el privilegio de compartir todos juntos.

De la misma forma que podemos disfrutar de todos y cada uno de los relatos para su lectura, no ocurre así con las menciones especiales, que determinamos hace ya tiempo que serían solo para tres de ellos.
Tarea cada vez más ardua y difícil. Gracias a vuestros votos, la decisión puede quedar más diluida y ser más justa...
Gracias por vuestra colaboración a todos...

El Príncipe, como es su costumbre, colocado en el Gran Salón y ante la expectación de todos los asistentes al evento...
Solicita atención y silencio... El sol se cuela casi violento por los altos ventanales que cubren la pared lateral... dando a todo un ambiente tan hermoso y dorado que hipnotiza...

"Queridos autores, tengo el placer de anunciar los ganadores de este nuevo reto en Comansi...

Los elegidos son:

- Tito Carlos, con su texto titulado: "Grafiti"

- Seo, con su texto titulado: "Cuentos de hadas"

y

- Carmina, con su texto titulado: "No solo una quimera"


Esta imagen representa el premio recibido. Podéis llevarla y lucirla en vuestros blogs, si ese es vuestro deseo.



Enhorabuena a todos los demás por participar siempre con ilusión y de manera desinteresada y generosa.
Esto funciona gracias a todos vosotros.
Podéis pasar al comedor a tomar una copa y al baile....
¡Disfrutad la vida! total, son dos días...

Gracias en nombre de estos emocionados príncipes, que aún no creen la suerte que tienen con esta compañía.

Emig y Natacha.

martes, 23 de junio de 2009

SUEÑO EXTRAÑO

Me despertó el grito de alguien. Me sentía con tanto sueño que no podía abrir los ojos. De vuelta los gritos, pero ahora eran más voces.

Agudicé el oído y traté de escuchar lo que decían, me hablaban a mí pero no decían mi nombre.

Una mano me sacudió el hombro.

Al verla no pude entender dónde estaba ni quién era, pero si que estaba diciéndome que prepare el desayuno. ¿Yo? No pude pensar con más claridad. Otro alguien me sacó de la cama y me llevó arrastrando a la cocina, volvió a gritarme que me apurara y se marchó.

Entre tanto aturdimiento no alcanzaba a terminar de despertarme y analizar mi realidad.

¿Cómo había llegado ahí? ¿Dónde estaba? Y ¿quiénes eran esas personas?

Sentía que mi cuerpo actuaba automáticamente preparando las cosas y sirviendo las bandejas, pero no me daba cuenta de lo que hacía.

De golpe encontré un montón de ratas… ¡¡¡ratas!!! Dando vueltas a mis pies, y una me pareció que me hablaba, será el cansancio pensé, es parte de un sueño extraño, me dije.

Pero ahí estaba yo, más despierta que muchas veces conversando con una rata.

—Apurate Cenicienta —dijo la rata dos veces

—¿Cenicienta? —me causó gracia, esto debía ser un mal sueño, pero no.

Había poco tiempo para pensar y mucho por hacer. Traté de adaptarme al lugar y hacer aquello que me pedían sin razonar mucho más.

Cuando todo se calmó fui a mi cuarto, ¿mi cuarto? Me miré al espejo, y comprobé que era Cenicienta. Mi cabeza daba vueltas y no podía entender qué hacía en un cuento de hadas, rodeada de animales que hablaban y pájaros que me cantaban alegremente.

Miré mejor y allí había un vestido arreglado y listo para usar.

Entonces era verdad, estaba dentro de un cuento.

Recordé la historia y sonreí para mis adentros, iría a la fiesta del príncipe. Mi sueño hecho realidad.

Cerré los ojos y me dejé llevar por aquella magia que lo hacía todo extraño, diferente y posible.

De pronto volví a escuchar a “mis hermanastras” y a su madre gritando en la escalera. Quería que se callaran, disfrutar de ese día era lo que esperaba, pero parecía algo imposible en ese lugar.

Me puse el vestido que estaba en la cama, me arreglé el pelo lo mejor que pude y salí, recordando cada página que había leído cientos de veces.

Vi sus rostros llenos de ira al bajar, sentí su odio y envidia, sentí como me rompían el vestido diciendo que no estaba en condiciones de asistir a la fiesta. Y aunque conocía como seguía, sentí ganas de llorar por la impotencia de no saber qué hacer.

Pensé si en verdad vendría el hada madrina y todo terminaría bien.

Y así fue, cuando la casa estuvo en total oscuridad y silencio, del fondo de la chimenea una chispa salió y se transformó en un hada celeste que con su varita mágica transformó mis andrajos en un vestido hermoso y mis alpargatas en zapatos de cristal, y afuera me esperaba una carroza con lacayos.

Llegué a la fiesta y todos se daban vuelta para mirarme, los hombres querían bailar conmigo, pero había uno que me enamoró con sus ojos azules, me tomó de la mano y bailamos toda la noche.

Sentí sus manos en mi cintura y la mirada penetrante que no podía evitar. Qué extraño sentimiento me unía a él, era como estar bailando en una nube, y sólo escuchaba música y su risa! Me decía cosas tan lindas, era tan simpático. Era imposible separarme un momento de él.

Lo más extraño fue que nunca dieron las doce y aun sigo bailando y riendo en sus brazos. Siento sus besos en mi boca y conozco de memoria sus palabras. Estoy acá atrapada en un cuento de hadas que no termina y soy inmensamente feliz.

Es extraño, todavía sigo siendo Cenicienta y hablando con ratones,
Escucho en las mañana el canto de los pájaros y entiendo cada una de sus conversaciones.

Pero lo más extraño de todo esto es que ya no recuerdo quién era antes y sólo sé que es el final del viaje, que este es el lugar que siempre busqué y soñé.

¿Será que aún los deseos más locos se hacen realidad?


Aldhanax Swan

domingo, 21 de junio de 2009

EL NUDO GORDIANO

Gordión(Frigia),333 a.c.

Calístenes, el historiador oficial de la expedición griega, se adelantó hacia el centro de la sala que habían habilitado el General Parmenión, y su hijo Filotas, para recibir a Alejandro y sus “compañeros” en la ciudad de Gordión. Clito el negro, visiblemente ebrio, quería oír de nuevo la historia del nudo gordiano. El monarca macedonio, que sentía cierta predilección por él, desde que salvara su vida en la batalla del río Gránico, dio su visto bueno.

-En el templo de Zeus de esta ciudad, supuestamente erigido por el rey Midas, cuyo aspecto ofende al mismo Dios al que pretende adorar, lleno de amuletos, reliquias, exvotos, vasijas de todo tipo, incluso miembros humanos depositados con la esperanza de acabar con dolores, y enfermedades de diversa etiología…

-Ve al grano…No te adornes…-Interrumpió Hefestión, con claros signos de estar tan borracho como los demás.

-Como iba diciendo…Dentro del templo se encuentra el carro del rey Midas, o del campesino Gordias, según otras fuentes. En ese carro, el yugo y el timón están unidos por una cuerda con un complicadísimo nudo. La leyenda dice que, quien lo desate, será el dueño de Asia, que supongo que es lo que os interesa oír ahora…

-Alejandro… Tienes que desatarlo. –Dijo Seleuco, buscando la mirada cómplice de Ptolomeo, Crátero y Pérdicas, y la desaprobación de Eumenes, canciller del líder macedonio, quien, en aquel momento, departía, al fondo de la sala, con un guerrero del norte, que se había unido a las tropas griegas en la batalla de Gránico, manteniéndose, aparentemente, al margen del espectáculo que los jóvenes, borrachos tras el festín, organizaban amparados en la breve disertación de Calístenes.

-Supongo que esto era inevitable. –Dijo Eumenes

-Tranquilo todo saldrá bien. Alejandro vencerá en esta nueva batalla- Sonrió el extranjero, intentando tranquilizar al preocupado Canciller.- Déjame a mi, saldrá del lío al que le están empujando. Jamás lograría desatar el nudo. Preséntame… haz que me oigan, el resto es cosa mía.

-¡Alejandro!, ¡Amigos míos! Quiero aprovechar esta reunión para presentaros al Noble Marcelus Calvarian, guerrero Kartaldas, quien se unió a nosotros en la batalla del río Gránico.
Clito el Negro, algo alterado, parecía estar viendo un fantasma…

-Es él… Es el hombre que me abrió camino hacia ti en Gránico.

-Perdonadle caballero. Está borracho. –Le interrumpió Alejandro- Siempre ha afirmado que el mérito de salvarme la vida se lo debía a un hombre con una espada centelleante, que emitía una luz verde, montado a lomos de un caballo igual que Bucéfalo.

-Se debe referir a mi espada Exkáldar, y a mi fiel compañero Bórtox. La espada es más larga y voluminosa que las vuestras, típica de mi tierra, quizá su brillo le deslumbrara. El caballo es negro y noble, pero no creo que llegue a la categoría, ni la estirpe de Bucéfalo. – Dijo con seguridad Calvarian, tomando el centro de la sala- Sólo mantuve a algunos persas…lejos de Clito. El mérito es suyo. A él debes tu vida.
-Alabo tu modestia extranjero. No discutiremos por eso, te lo agradezco igualmente. ¿Por qué te uniste a nosotros?

-Procedo del lejano reino Kartaldas, y me dirijo a Oriente. Creo que el camino más seguro es seguir a tu ejército.-Le Aduló-

-Es probable, aunque aún nos quedan batallas decisivas. El imperio Persa es grande y rico. Y su ejército poderoso.
-Estoy seguro que en pocos años llegareis con vuestras tropas a los confines del mundo. -Volvió a adularle-
Alejandro, bajo los efectos del vino aguado, pero muy especiado, que estaba ingiriendo, recién importado de Halicarnaso…

-Quizá, noble caballero…Y dado que según Clito, mi vida estuvo en tus manos, creo que te debo un favor…

-Corta el nudo con mi espada Exkáldar. –Dijo con decisión-

-¿Me ofendes? ¿Crees que no seré capaz de desatarlo? Admito que no se me había ocurrido semejante idea.

-Te seré sincero…No estoy seguro. Pero ante la expectación que ha levantado tu visita al templo…Mejor asegurarse de acabar con esa leyenda, y así convertirte por derecho propio, en el amo de Asia.

Alejandro intentaba pensar, bajo la neblina de alcohol que le provocaba el vino. La proposición del extranjero era inteligente, y, debía un favor a quien, supuestamente, le había salvado la vida.

-Acepto. Noble Calvarian- Zanjó Alejandro brindando al aire.

A la mañana siguiente, ante una multitud enfervorizada, Alejandro, junto a Hefestión, flanqueado por Seleuco, Ptolomeo, Crátero y Pérdicas, bajo la atenta mirada de Parmenión y Filotas, se entretuvo unos instantes admirando el complicado nudo, antes de elevar al cielo la fantástica espada Exkáldar, cuyo pomo brillaba con una ligera luz verde, y cortarlo de un solo tajo, ante los vítores de la multitud que abarrotaba el templo, y sus alrededores.
En una esquina de la sala, ocultos al público…

-Era otra parte de mi destino que debía cumplir. Mi presencia debe permanecer oculta a la historia. Recordad, yo nunca cabalgué junto a Alejandro. – Dijo Calvarian

-Jamás estuviste en este tiempo. –Dijo Eumenes, mientras Calístenes asentía, y sellaba, con ambos, un pacto de eterno silencio.

Calvarian

viernes, 19 de junio de 2009

INTRUSO

Bitácora del capitán. 18 de febrero.

A pedido del comando de la flota, nos desviamos de nuestro curso para examinar una estructura detectada por satélite. Nos informan que no se registra actividad militar o industrial en la misma, es relativamente pequeña y está semiescondida por el hielo. Llama la atención la presencia de una fuente de calor dentro de la misma, de carácter no precisado.


19 de febrero

El submarino quebró la capa de hielo muy cerca de las coordenadas indicadas. Los tripulantes manejaban diferentes hipótesis, desde un puesto de espionaje de los rusos durante la guerra fría hasta un antiguo refugio de los primeros exploradores del ártico. Que yo sepa, ninguna expedición pasó nunca por ruta tan dura para la supervivencia.
Al entrar no encontramos una puerta, sino un pasillo con curvas a noventa grados cavadas en el propio hielo, tal vez para evitar el viento. Había viejas prendas de vestir masculinas, que sugieren un usuario de gran estatura. Encontramos también numerosos manuscritos escritos en una lengua que parece alemán. Parece tratarse de un diario. La fuente de calor detectada por satélite sería de un primitivo tipo de lámpara, ahora apagada. Nos llevamos de allí más preguntas que respuestas. No sé lo que voy a reportar. Espero que estos manuscritos que den alguna información útil.

20 de febrero

Con la ayuda de un tripulante que habla alemán, vamos avanzando en la comprensión de los manuscritos. Nos llama la atención la frecuencia con la que aparecen algunos términos: monstruo, Víctor, doctor, venganza, odio, llama de la vida. El autor, sin nombre conocido, sería responsable por la muerte de un tal doctor Víctor, por quien sentía una mezcla de odio y admiración en igual medida. Ese hecho le habría apenado mucho, y la decisión de alejarse de todo ser humano lo habría llevado hasta tan remoto lugar. Quien lo haya escrito debió morir hace mucho tiempo. Eso supondríamos, si no nos contradijeran un moderno satélite y una antigua lámpara.

21 de febrero

Mis hombres comienzan a ponerse paranoicos. Dos tripulantes han desaparecido cerca de la sala de reactores. Otros tres afirman haber sido observados por algo o alguien muy rápido en sus movimientos, algo que describían como una gran figura solo percibida por un momento mientras trabajaban. Hay quien se aventura a afirmar que no volvimos solos de aquella vieja estructura. ¿Cómo refutar los temores de los tripulantes en una nave tan grande y con tantos rincones? El temor está empezando a correr como una epidemia en una nave herméticamente cerrada. Si hace falta, yo mismo voy a recorrerla completamente para tranquilizarlos.

Bitácora del primer oficial
22 de febrero

No encontramos al capitán, ni a la mitad de los tripulantes de la sala de máquinas. Abandonamos nuestro curso para dirigirnos a la base más cercana. Ordené al traductor que no volviera a mencionar una palabra sobre lo que sigue descubriendo en los manuscritos. Nada de odio, o venganza, o de un tal doctor Víctor von Frankestein. Sin embargo, tengo miedo, hecho que me cuesta mucho ocultar cada hora que pasa.




Jorge Fénix

miércoles, 17 de junio de 2009

HECHIZO

La noche se apoderaba del bosque bajo el mando de la luna. Ínsthar, gran guerrera de la comarca Alfáthor, había caído bajo las fauces de su peor enemigo, el nigromante Próctor. Hacia muchos años que se habían enfrentado por primera vez. En aquella ocasión, la joven Ínsthar consiguió escapar con la ayuda de sus amigos, pero… esta vez… la fortuna no estaba de su lado.

Tras luchar contra el ejército enemigo, Los Perami, y atravesar cientos de cuerpos con sus dagas de ámbar verde, el agotamiento hizo mella en las fuerzas de la joven, que aunque rodeada por treinta guerreros nórdicos sedientos de sangre, no cesó de luchar hasta verse apresada.

Su esbelta figura surcaba el cielo sobre las potentes manos de sus secuestradores, quienes la portaban ante su jefe. La sangre seca de sus enemigos pintaba su piel. El sudor le otorgaba un brillo que ensalzaba su tez, bronceada por el sol. Yacía a los pies de Próctor, cuando éste le propinó una patada. Ínsthar despertó de un dulce sueño. Al percatarse de lo acontecido, un fiero rugido escapó, rabioso, de su garganta. En sus ojos, la venganza lanzaba dagas hirientes que atemorizaba a los allí presentes.

—Ínsthar, la hechicera, está a mis pies —aclamó Próctor a sus súbditos, que rompieron en aplausos y vítores a su Rey.

—Esta vez no vendrá nadie a salvarte, ya me he ocupado de ellos. Estas sola, y pagarás por tu insolencia hacia mi grandeza durante tantos años.

Ínsthar ignoraba las burdas palabras de su enemigo, e intentaba escapar pidiendo auxilio a su amigo Calvarían, mediante una habilidad que había aprendido de las hadas de Swálior. Allí le enseñaron a comunicarse con la ayuda de las hadas del aire.

El tiempo se esfumaba, y mientras gritaba, angustiada por no conseguir conectar con Calvarían, el eco de un hechizo se escabulló desde la fétida boca de Próctor, introduciéndose en sus delicadas, y perfectas orejas.

—Ínsthar, mujer valerosa, temida por los más feroces guerreros, ocuparás el lugar que te corresponde en un mundo lejano, de donde no podrás regresar. Perderás tu cuerpo para convertirte en un hada insignificante y débil. No te has rendido a mi poder y magnificencia, y ello te arrastrará a una vida etérea y fútil.

Próctor unió sus manos, sopló sobre ellas varias veces, y las separó, desprendiendo sobre la joven un polvo luminoso, que la hizo desaparecer al instante.

Despertó entre hojas de platanero, acurrucada para mantener el calor, ya que su cuerpo se mostraba desnudo tras el viaje. Sus manos recorrieron su piel, reconociendo su figura. En la espalda encontró unas preciosas alas traslucidas, con las que conquistaría el cielo. Se vistió con unas pequeñas hojas de un árbol cercano, cubriendo su diminuto cuerpo, y emprendió el vuelo con dificultad.

Una mañana, mientras exploraba el bosque, escuchó los gritos de un chico en peligro. A pesar del hechizo, no había perdido sus habilidades con las dagas, ni en la lucha cuerpo a cuerpo, ni siquiera en la estrategia para el combate.

Aleteó, hasta alcanzar una velocidad de vértigo y, plegando las alas, se dejó caer en picado, hacia el lugar de donde provenía la llamada de auxilio. El niño luchaba por zafarse de las manos de un rechoncho pirata, cuando la vio aparecer.

Las pequeñas alas se movían con fuerza manteniéndola, sin esfuerzo, en el aire, al tiempo que entonaba un canto desconocido. Al instante, y gracias a su magia, la bella Ínsthar se multiplicó por mil hadas, que revoloteaban alrededor del pirata, propinándole patadas, y golpes maestros, que le abocaron a la locura, y a una cobarde huida.

Ínsthar se posó en la nariz del niño, y le miro a sus ojos de miel.

—¿Cómo estas pequeño? —le pregunto el hada.

—Bien, gracias. ¿Cómo has podido dar esa patada… y ese truco? El chico, excitado, deseaba conocer cada secreto de esa hada, de lo que sus ojos habían visto.

—Ya te lo contaré con mas tiempo. Una graciosa risa sonó por el bosque.

—¿Como te llamas, pequeña hada? -preguntó el niño.

Tras mucho pensar, decidió bautizarse con un nuevo nombre…

—Campanilla, ¿y tú?

—Yo me llamo Peter, Peter Pan.


Ínsthar Malar

lunes, 15 de junio de 2009

ÉL NUNCA LO SABRÁ


Aparecí de pronto en medio del desierto. Preguntando presurosa por el Principito.

-“¿Donde está?” clamé angustiada.-“Él se molestó conmigo y se marchó en una migración de pájaros silvestres”, no he sabido complacerlo, por mi vanidad, mis mentiras, no supe decirle cuanto lo amaba y él se marcho decepcionado.

¿ Donde estás mi Principito, he venido a buscarte?

Ya no me importan las garras del tigre, ni las corrientes de aire, no necesitaré el globo para que me cubras.

Solo te quiero a ti, para brindarte mi aroma, perfumar e iluminarte como tú me iluminabas a mí. Somos el uno para el otro, he venido a buscarte. Fue inútil, el Principito ya había partido a su pequeño planeta.

Yo estaba ahora aquí, angustiada buscando a mi amor.

Él allí desesperado, nunca sabrá la verdad.

Antes de partir dejé un retoño en su planeta.

Él creerá que es la misma que dejó aquel día en que se marcho en una migración de pájaros silvestres.

Él será feliz.

Yo se, que ahora lo perdí para siempre.


Pido perdón Antoine de Saint Exupery por usar algunos de sus personajes que sirvieron de inspiración para relatar este cuento.

María Rosa

sábado, 13 de junio de 2009

ERAS TÚ...

—¿Y cuándo te diste cuenta que me amabas? —pregunté con la inocencia de un niño.

—Cuando yo estaba sola y sabía muy bien que te morías por esa chica… —me dijo entre seria y melancólica.

Entonces la miré con una ternura especial… y no supe qué hacer.

Caminaba por una calle desconocida, escuchando en el audio player una balada de los noventa, con las manos en los bolsillos y sosegado por la hora tranquila de las seis de la tarde, abrigado, defendiéndome de esos invernales aires que me hacen sufrir de sinusitis.

Caminaba sin razón alguna, acariciado por esas canciones tristes, atormentado por los recuerdos de la secundaria, afligido por esas cosas que han quedado en el pasado pero que sin embargo en oportunidades como esta regresan a la realidad (tan pronto que uno no tiene ni un segundo para evitarlos). Será la sensación perturbada de soledad, la que desencadena toda esa serie de recuerdos incomprensibles y constantes como el de las fotos de ella con su enamorado de entonces, posando en el mismo lugar donde estuve y donde, por supuesto, evité fotografiarme (por mero orgullo) impulsado por una arrogancia tonta, la de pensar que no debería hacerme una foto donde ella fue feliz con la persona que quizá fue en un momento su verdadero amor…

Entonces inmerso ya en mi sueño, vi que por delante mis hermanas gemelas caminaban presurosas, yo les di alcance y hablé con ellas (no sé que les dije pero cruzamos palabras), luego seguí mi entristecida caminata, marchito e ilógico, algo desconsolado sin explicación, soñando este sueño que hace tiempo ya lo había vivido. Hasta que de repente un ángel…

Era ella, (eras tú) desde lejos te noté y mis hermanas estaban contentas de habernos encontrado… Desde que nos vimos o mejor dicho desde que yo la vi y sobre todo por la manera en que se dio el encuentro (o sea ella de esa manera así tan dócil hacia mí y yo hecho una tristeza) supe que eso no podía ser real porque después de todo hemos quedado como amigos y lo que yo estaba viviendo era insólito, entonces dentro mi sueño tuve un segundo de lucidez, quise escapar pero no, no lo hice porque todo estaba de pelos, era inexplicable (claro cómo no) además estaba siendo presa de otro de esos sueños fantásticos que de cuando en cuando me suceden…

Ella vestía un polo blanco con rayitas celestes con un jean azul claro y unos zapatos tenues, cuyo color apenas recuerdo… vino hacia mí con una determinación que nunca antes había visto en su personalidad y tal vez sentí ser feliz…

Me sentí como cuando todo era normal, como cuando todo estaba bien como en aquel verano efímero que pasamos en Trujillo, yendo a la universidad y dando vueltas por las cercanías de su casa…

Nos tomamos de la mano, volteamos dos esquinas, unos perros nos ladraron, una nube gris desfiló descaradamente y anochecía y nuestras manos estaban enlazadas como en alguna foto bajada de internet… y decidí mostrarle lo que en esos días era mi vida…

Todo había cambiado, nuestras vidas estaban tomando rumbos diferentes, aun así mencionaba su nombre cuando sabía que todo estaba prohibido…

Y ella (tú) siempre conservando ese amor que le tiene a otra primavera que llegó a su corazón no acepta mis invitaciones, y me dice que algún día nos habremos de ver, mucho mejor si es de casualidad… o sea sin pensarlo, sin saber cuándo ha de ser, porque tal vez así es más interesante esta amistad, que de cuando en cuando a partir de las seis de la tarde, me corroe y me enreda como siempre y me hace pensar en lo que no debe ser, tanto así que sueño estos sueños insólitos, y es así que llego a escribir estas líneas que en su mayoría son fantasías de una realidad negada…


Tú lo Sabes Julieta…



Juan Carlos Gálvez

jueves, 11 de junio de 2009

NO SÓLO UNA QUIMERA




Nací en un lugar de la Mancha que muchos prefieren olvidar, rodeada de viajeros que se apeaban en el mesón de mis padres para descansar de sus fatigas, algunas veces, las más, los viajeros pernoctaban. Una fría noche cuando era una bella jovencita llegó hasta nuestra puerta un Hidalgo caballero, que empezaba a caer en desgracia por sus múltiples extravagancias. Acompañado de su fiel escudero un hombre regordete y bajito y montando un esmirriado corcel llamó a la puerta con elegancia, para derrumbarse cual castillo de naipes golpeado por el viento, en cuanto mi padre abrió la pesada puerta.

A pesar de lo inusual de la hora mi padre lo cobijó en nuestra casa, llamó a un médico en cuanto comprobó que deliraba aquejado de unas altas fiebres y me nombró a mi su enfermera personal hasta que recuperase las fuerzas. Al día siguiente conocí a Alonso Quijano y no me separaría de su cama hasta dos semanas después. Mi nombre Dulcinea, la mujer que acompaño en sus delirios al desdichado caballero hasta el final de su vida y que muchos piensan que fue un sueño más, fruto de sus delirios.

Los días al lado del que muchos conocéis como D. Quijote de la Mancha, fueron en un principio aburridos, por cuanto el caballero pasaba la mayor parte del día durmiendo, sin apenas fuerzas para hablar, deliraba, pero pocas cosas podía comprender de su quebrada voz, se removía como si luchara contra una fuerza interna que estuviera intentando acabar con su vida. Durante esas largas horas pude contemplar bien su rostro, ya caneba, no era un hombre joven, pero a pesar de su extrema delgadez conservaba un porte digno, era un galán… uno de esos hombres que despiertan admiración.

El tercer día Alonso despertó y mirándome a los ojos me dijo que era la muchacha más linda que jamás había visto, me sonrojé y me dejé alabar por aquel hidalgo que me iba interesando cada día mas. Estaba más fuerte y me podía apartar del lado de su cama pero solo lo hice para ir a recoger su comida, o vaciar su bacinilla. Incluso dormía en una silla en aquella vetusta habitación, velando las semi vigilias del caballero. Me estaba enamorando sin remisión de un hombre que posiblemente nunca sería para mí…

Una noche me preguntó mi nombre, y tímidamente le conteste que Dulcinea; aquel nombre le quedó grabado a fuego en su mente y muchas noches en sueños lo gritaba, yo sonreía a su lado, posiblemente el sintiera lo mismo que yo. No me atreví a confesarle a mi madre la llama que me quemaba, por miedo a que me apartara de su lado, sin darme cuenta trataba de seducirlo, vestía con más desparpajo y el no parecía darse cuenta. Los días iban pasando y Alonso iba recuperando fuerzas.

Un día partió montado en su rocín, no sin antes prometerme que volvería para pedir mi mano. Mi padre se horrorizó ante tal posibilidad porque veía en aquel hidalgo un hombre poco cuerdo, no quería para su hija semejante cruz. Lo días se convirtieron en años y yo seguía esperando que el volviera, mi padre insistía en que tenía edad casadera. Un buen día llego hasta el mesón la noticia de que Alonso volvía a casa aquejado de una extraña enfermedad.

Vi ahí mi oportunidad de cumplir mi sueño, mientras mis padres dormían salí de casa, ensillé el caballo en el establo y me dirigí hacia su casa, no estaba lejos de la mía a dos o tres días a caballo. Llegué ante la desmejorada hacienda que había languidecido con tantas ausencias de su dueño y me abrió la puerta Sancho. Antes de subir a la alcoba puse a hervir unas verduras y un pedazo de carne con que hacer una sopa.

Realmente estaba enfermo, envejecido, como si esa lucha interna que presencié en mi casa se hubiera recrudecido. Pasé muchas noches sin dormir a su vera, la quinta noche me venció el sueño con la cabeza apoyada en su mano. Alonso sin temor a despertarme acaricio mi cabeza. Nuestros ojos se cruzaron unos instantes, sentimos una quemazón en el corazón, con suavidad poso sus labios en los míos. El resto podéis imaginarlo, fue una noche de locura y pasión, tan pronto se recupero le presento sus respetos a mis padres, y nos convertimos en marido y mujer.

Alonso jamás volvió a leer libros de caballerías, no tenia doncella a la que salvar, ni bandidos a los que presentar batalla. Yo, Dulcinea, llenaba toda su vida y pronto la casa se lleno con un par de chiquillos bulliciosos que hicieron las delicias del hidalgo manchego.




Carmina.

martes, 9 de junio de 2009

CUENTOS DE HADAS


Había una vez en un reino no muy lejano una joven ilusa que se había leído todos los cuentos de hadas y no una, sino mil veces. Todas sus amigas leían sobre chicos famosos y estrellas de cine, mientras ella soñaba en secreto con encontrar a su príncipe azul. Todas las princesas de sus cuentos tenían un príncipe apuesto y valiente, que en caso de peligro correría a salvarlas. Y yo me pregunto, como humilde narrador, ¿nunca hubo un príncipe gordo y vago que encontrase el amor?

Todas las mañanas nuestra joven se levantaba temprano, antes incluso de que cantase el gallo y hacía el desayuno a sus despiadadas hermanas, chicas golfas de un novio por fin de semana. Eso iba contra natura, pensaba ella, pero nunca lo hablaba, porque una princesa ante todo debe ser respetuosa y educada. Ya las observaría quemándose en el infierno, mientras ella disfrutaba de su parcela en el cielo abrazada al gallardo príncipe. Después de servido y terminado el desayuno, nuestra joven recogía su hogar, siempre limpio e impecable por lo que pudiera pasar. Una princesa debe tener su casa impoluta. Que se lo digan a Cenicienta. Una vez rematadas todas las labores directa al vestidor. Una casta falda hasta los pies y un jersey de cuello vuelto, que la piel es para el príncipe, no para el pueblo.Nada de pecado o su sueño se verá frustrado. Sus obscenas hermanas lucirán escueta vestimenta, de chica facilona para sí comenta. Seguramente acabaréis con el villano del cuento.

A la salida de la facultad, vuelta a su hogar, sin parada alguna, que en los bares y cafetas no hay príncipes, si no veletas, que un día te juran amor y al siguiente te la pegan con tu amiga. Eso si que no.

Hechos los deberes y estudiada la lección, el reloj marca las diez. A la cama, que las salidas nocturnas no son de chica decente, si no de bruja ardiente. Toca cepillarse la melena y hacerse las trenzas, no vaya a ocurrírsele al príncipe escalar por la fachada, que el ascensor no es de cuento de hadas. Ya en cama y rezadas sus oraciones sueña con él y se imagina, siempre de modo casto y puro, en una casa de valla blanca con siete niños y un perro, planchándole las calzas a su amor. Y yo me digo, como pretendes ilusa tener niños si no dejas a tu príncipe darte sus cariños. La divina concepción sólo la vivió la Virgen y sufrió un doloroso parto sin haber disfrutado al menos del encargo.

Y así pasan los días, las semanas... y él no llega. Nuestra princesa ya ronda los 35 y sigue con su precinto, esperando en su balcón a que Romeo suba a besarla. Que daño le han hecho los cuentos de hadas. Se niega a escuchar los consejos de malvadas emparejadas con villanos, chicas que le dicen que salga. Háyase visto tal barbaridad, el salir a buscar. Eso jamás. Mi príncipe llegará, sólo tengo que esperar. Y esperó y esperó… pero su apuesto amor nunca llegó.


¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LOS CUENTOS DE HADAS NO EXISTEN¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡



SEO

domingo, 7 de junio de 2009

IMAGINACIÓN EMPÍRICA

Es posible que no crean lo que pasó pero así fue. Un día estaba tratando de escribir para la columna mensual de una revista y me quede en blanco.

En un intento desesperado pido cita con mi psicoanalista el Dr. Venancio.

—Doctor, estoy en blanco. No se me ocurre nada. Tengo que presentar un texto para la columna mensual de una revista de humor y no se me ocurre nada. No sé lo que me pasa...

De modo que me explica un tratamiento para averiguar lo que me pasa. En primer lugar me clonarían. Luego mi yo clon bebería un brebaje que haría reducir mi tamaño, de este modo podría entrar en mi cerebro a través de uno de mis orificios de la cara. Una vez en el cerebro sólo debería ir en busca de mi imaginación. A simple vista parecía sencillo así que no dude en seguir ese tratamiento.

El tamaño de mi yo clon disminuyó. Me arrastro por el pabellón auditivo y me doy cuenta de que debí limpiarme las orejas más a menudo, una vez superado el escollo del oído llego al cerebro, donde veo cientos de miles neurotransmisores de un lado para otro. Unas más rápidas que otras. Le preguntó a una de ellas:

—Disculpe, ¿podrías decirme donde puedo encontrar a la imaginación?

—Pues no tengo ni idea, hace tiempo que no le hemos visto por aquí. Pregunta en el lóbulo parietal, igual te puede ayudar.-me comenta- Me tengo que ir tengo prisa.

Y veloz cuan rayo sale disparado. Nunca imaginé que mi dentro de mi cabeza hubiera un laberinto tan complejo. La mayoría de calles por las que voy no tienen salida, o eso aparentan, porque siempre hay una puerta oculta.

Después de subir las empinadas cuestas que llevan al lóbulo parietal le vuelo a preguntar por la imaginación a lo que me responde.

—Y yo que sé donde está.-me contesta algo enfurruñado.- Yo sólo controlo el área motora, las cosas de pensar y demás funciones sensoriales en el sistema límbico. Que ese siempre se acuerda de todo.

Caminando de vuelta me encuentro con un neurotransmisor. Me comenta que ha visto a la imaginación cerca del sistema límbico. Raudo y veloz voy para allá. Y efectivamente ahí está. De palique con la memoria.

—Oye, tu. ¿Dónde te metes? Te he estado buscando. Tengo un texto que terminar y no llevo ni una línea.

—Es que estoy en huelga —me responde.

—¿Cómo que estas en huelga? No puedes estar en huelga.

—Sí que puedo.

Después de meditar un buen rato hago un trato con la imaginación.

—Mira majo —le digo— tengo que acabar una columna cómica y si no lo termino me echan y si me echan no como y si no como no habrá suficiente proteínas para crear sangre con lo que el oxigeno será escaso y no llegara al cerebro y sin oxigeno no habrá función cerebral que valga y veras como tu y tus compis iréis cayendo como moscas. ¿Es eso lo que quieres?

En ese momento las demás funciones cerebrales increpan a la imaginación para que acepte el trato. El jaleo es tal que parece un debate de gran hermano (si se le puede llamar debate a eso).

Finalmente la imaginación accede y desconvoca su huelga y añade:

—Porque me lo has pedido cordialmente, que si no...

Una vez pactado el trato me dirijo velozmente hacía el primer orificio que me pille más cerca. Del Sistema límbico voy hasta un conducto que me guía al tracto respiratorio nasal. Después de impregnarme de una mucosidad viscosa salgo disparado por el agujero de la nariz izquierda. La velocidad de salida es tan fuerte que salgo disparado varios metros de mi cuerpo.

Una vez en tierra firme, me devuelven a mi yo clon al tamaño normal paulatinamente. Mientras lo primero que hacen es coger lápiz y papel y dárselo a mi yo auténtico, a ver si logra escribir algo.

Al cabo de pocos segundos yo, mi yo autentico logra escribir algo que resulta útil para la columna. ¡Mi imaginación ha vuelto!

Sin embrago, el clon aún seguía ahí y algo había que hacer. Los doctores se disponían ha eliminarlo para que no causase confusión, pero sin saberlo el clon se ha esfumado. Aprovechando la distracción de los doctores conmigo logro escabullirse por una ventana pequeña. No había rastro de él. Y no se sabe dónde ha ido a parar. De modo que si lo ven por la calle caminando de un modo peculiar o lo ven hablando con un pájaro u otro animal. Haga el favor de no devolverlo al laboratorio científico. Gracias.


$MK

viernes, 5 de junio de 2009

CAFÉ DE PRINCESAS


Estaba sola en mi castillo de cuento de hadas, harta de la monotonía del día a día. Me preguntaba cómo le iría a mis reinas vecinas de otros cuentos de hadas, así que me decidí a escribirles y estas fueron sus respuestas:

Bella durmiente

Querida Cenicienta me alegro de tener noticias tuyas, no sabes lo aburrida que estoy en este castillo. Mi príncipe se convirtió en rey, con todo lo que eso conlleva, volverse aburrido y preocuparse de su reino y poco más.. Cuando me ve triste me compra una joya y cree que con eso se puede arreglar todo, yo que me arreglo con tan poco..

Espero que un día podamos tomarnos un café.

Tu amiga Bella durmiente.

Blancanieves

Querida Cenicienta, me haces feliz al recibir noticias tuyas, pues últimamente estoy algo agotada del trajín de la corte, yo que estoy acostumbrada a vivir en el campo con los siete enanitos. Me visitan de vez en cuando pero no es suficiente. Encima me ponen tartas de manzana a todas horas ¿que creen que porque aquella vez no me pude resistir a aquella manzana, tengo que comerla a todas horas?

A ver cuando nos tomamos un café pero por favor no pongas tarta de manzana.

Tu amiga Blancanieves

Después de leer sus cartas concerté con ambas un café en mi castillo, para mi sería una alegría compartir unos momentos con ellas, nadie como ellas para comprenderme. Y llegó el día...

—Hola queridas mías, pasad y poneros cómodas. Por vuestras cartas me dejásteis preocupada, no os veo muy felices con vuestros reyes y bueno yo tampoco estoy tan feliz, pues la carroza se volvió calabaza, el vestido de noche un harapo y el príncipe se convirtió en rey, preso de sus quehaceres diarios no pasa tiempo conmigo. ¿Cómo voy a tener un hijo así?

—El mío también me tiene aburrida, no para de leerme sus absurdos discursos, que el no lo sabe, pero nadie le escucha, todos se duermen con ellos, hasta yo. Como no hice una siestecita larga en su día… Tampoco tenemos hijos porque no hace más que hablar y hablar —dijo Bella durmiente.

—Queridas yo echo de menos el campo, las flores silvestres... La corte me agobia y este marido mío no le gustan más que los bailes, creo que está liado hasta con alguna cortesana.

—¿Qué puedo hacer? —dijo Blancanieves.

Empecé a darle vueltas a la cabeza y pensé que ya esta bien de tener que aparentar una felicidad que no hay. ¿No ha cambiado tanto el mundo fuera de los cuentos de hadas? O eso dicen… Así que les dije:

—Queridas, escapémonos, nada de reyes, castillos, cortes, nos vamos a la casa de los siete enanitos, seguro que les damos una alegría. Nos hacemos un cambio de imagen, falsificamos documentos, buscamos trabajo y les pagamos un alquiler a los siete enanitos y con el tiempo nos buscamos nuestra propia cabaña, sólo para las tres, sin hombres que sólo que traen que problemas.

Las dos exclamaron a la vez ¡si, si! Y así acabó la historia, tres mujeres independientes, felices por ello, eso si no comieron perdices, estaban empachadas de tantas que comieron en su día…

Esther.

miércoles, 3 de junio de 2009

CARPE DIEM

Carpe diem, carpe diem, carpe… diem, aun resuenan esas palabras en mi mente, Es Keating en que susurra una y otra vez, -nos obligaron señor Keating, nos obligaron a firmar!- decia Todd Anderson con los ojos empañados en lágrimas y un sincero arrepentimiento…

Respiro hondo y recuerdo…

Mis ojos se posaron sobre el señor Keating, una media sonrisa apareció en su rostro, cuando el primero de los alumnos se puso de pie sobre su pupitre, -Oh capitán, mi capitán…, y uno tras otro, nos fuimos poniendo en pie… Por fin, éramos libres de una sociedad que los obligaba a tener unos valores:

“Tradición, Honor, Disciplina y Excelencia”.

En un momento, se rompieron esos falsos valores de un antiguo colegio Welton, para sucumbir al: “Travesura, Horror, Decadencia, Pereza”.

¿Crees que todo habría sido distinto si hubiéramos aprendido el valor de esas palabras antes?

En ese preciso momento, en el cual todos estábamos en pie, sobre nuestros pupitres, fuimos “capitanes de nuestra alma” como decía William Ernest Henley en INVICTUS uno de aquellos primeros poemas que leímos en la cueva india mientras “fabricábamos poesía”.

Todo paso muy rápido, el señor Keating nos dio las gracias y desapareció tras la puerta, nos miramos unos a otros subidos en aquellos pupitres, todos sonreíamos.

Aquella noche volvimos a la cueva inda en homenaje a Keating y a Neil, nos reunimos frente al fuego, nos dimos las manos, y comenzamos a reir.

Esa sería nuestra ultima visita a la cueva, esa seria la ultima reunión de “El club de los poetas muertos”

CAMINO

lunes, 1 de junio de 2009

LA MUJER DE NEGOCIOS


El cuarto planeta del viaje del principito era mi planeta, yo soy una mujer de negocios, que estoy muy ocupada y ni siquiera me moleste en levantar la cabeza cuando llegó el principito.

--buenos días --me dijo el principito, tú vela está apagada.

--tres y dos son cinco, cinco y siete, doce, doce y tres, quince…. ¡Buenos días! Quince y siete...--no tengo tiempo de encenderla de nuevo (le contesté)--veinte seis y cinco, treinta y uno ¡uf! Esto da un total de quinientos millones de….Ya no sé…. ¡tengo tanto trabajo! Yo soy una persona seria no me entretengo en tonterías. (Le dije). ¿Quinientos millones de qué? --dijo el principito, que jamás renunciaba a una contestación, una vez qué preguntaba algo.

Yo levanté la cabeza –en los cincuenta y cuatro años qué llevo habitando este planeta solo me han molestado en tres ocasiones.

--La primera vez fue hace quince años, un abejorro que llego de quien sabe donde….produjo tanto ruido qué me confundí tres veces en una misma suma .La segunda vez fue hace ocho años, que me dio un ataque de reumatismo , yo creo qué me falta un poco de ejercicio ( pensé)--pero estoy tan ocupada qué no tengo tiempo ni de pasear .yo soy una mujer de negocios seria ¡La tercera vez !lo estás haciendo tú ahora …..

--Bueno, estaba yo en quinientos millones – ¿millones de qué? Me pregunto el principito.

Este niño cuando molesta (pensé), millones de estrellas de esas que ves en el cielo.

¿Que son las estrellas?

--Esas pequeñas cosas que brillan le contesté.

--¿Abejas?

--¡Qué no! Esas pequeñas cosas doradas que hacen fantasear a l@s holgazanes y a l@s poetas, ¡yo no tengo tiempo de fantasear!-- Le dije al principito.

--Ah! ¡Estrellas!

--Si, eso es estrellas.

--¿Es que tu tienes quinientos millones de estrellas? ¿Y qué haces con ellas?
( me preguntó )--nada, poseerlas le dije --

--¿Tu posees las estrellas? --si le contesté

--¿Y para que te sirve poseerlas?

--¡Para ser rica!

--¿Y para que te sirve ser rica?

--para comprar otras estrellas, si es que alguien encuentra alguna, yo se la puedo comprar.

--¿Como puede poseerse una estrella?

¿De quien son? Le pregunte al principito un poco enfadada.

--no lo se, pero creo que de nadie.

--Entonces son mías, porque he sido la primera en poseerlas.

--¿y eso es suficiente?

--¡Claro , le dije al principito .Cuando tú te encuentres un diamante que no pertenezca a nadie ,será tuyo....y si encuentras un tesoro qué no sea de nadie , será tuyo .Cuando eres el primero en tener una idea y la patentas , solo te pertenece a ti.

--por eso a mi me pertenecen las estrellas ya que nadie antes qué yo ha tenido la idea de poseerlas.

--Eso es verdad –dijo el principito --¿Y que haces tú con las estrellas?

Las administro, las cuento y recuento, le conteste muy orgullosa –es difícil pero soy una mujer de negocios.

El principito me espetó....si yo poseo una bufanda puedo colocármela alrededor del cuello, si es una flor la puedo cortar y llevarla donde yo quiera .Pero tú no puedes coger las estrellas.--yo me quede muda por unos instantes, jamás pensé en ese contratiempo; pero dije –puedo escribir en un papel el número de estrellas y encerrarlo en un cajón para que no me lo roben.

--¿y con eso te basta? El viendo que yo dudaba me dijo ,puede que sea divertido contar estrellas , pero no es serio ...yo poseo una flor la cual riego todos los días ,poseo tres volcanes qué deshollino cada semana .Es útil para mis volcanes y para mi flor ;que yo los posea .--pero tú no eres útil a las estrellas !....

--ya lo tengo, lo entendí, dejare de contar estrellas, dejare de guardar papeles con las cuentas en el cajón –me dedicaré a mirarlas, a escribirles poemas, a ver como algunas noches las nubes las tapan y juegan con ellas .dibujaré sus formas en un cuaderno cada noche...solo por el placer de hacerlo me alegrare cuando me regalen un nuevo brillo, o una nueva forma, las admiraré y me aré amiga de ellas.

--el principito sonrió y me dijo: hoy aprendí algo contigo .Siempre tenemos tiempo de enmendar un error; alguna noche pasaré por tú planeta para disfrutar contigo de las estrellas

Yo si que aprendí contigo principito (pensé contenta) guarde la caja con las cuentas y el letrero de mi mesa en el que decía “Marta”, mujer de negocios .Y puse otro que decía Marta,” admiradora de estrellas “

21 gramos de alma.