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domingo, 7 de febrero de 2010

TELEDIARIO 2ª EDICIÓN


Y como viene siendo ya habitual, a consecuencia de la escasez de noticias de interés general en nuestro país, pasamos directamente a contarles la crónica internacional.

En Somalia la violencia sobre la población civil sigue su crecimiento multiplicando sus devastadores efectos. En Mogadiscio, los combates han provocado un número indeterminado de muertos y la huída de cientos de miles de personas, alcanzándose la cifra de hasta un millón de desplazados en un país de apenas siete millones de habitantes. Les recordamos que estos desplazados se encuentran en situaciones extremas, sin apenas agua, alimentos ni cobijo. Mientras, en Mogadiscio, cientos de miles sobreviven en condiciones también infrahumanas y sin posibilidad de asistencia, a causa del caos. Lo mismo ocurre en la mayoría de regiones, donde los problemas de seguridad impiden la llegada de ayuda urgente donde se necesita.

En Zimbabwe se han vuelto a registrar incontables muertes a causa del SIDA, prosiguiendo con la fatal racha de 3.000 victimas semanales. Recordemos que en este país, cerca de 1,8 millones de personas padecen esta enfermedad y tan sólo una cuarta parte reciben tratamiento. Las perspectivas no son muy halagüeñas: el sistema nacional de salud, en otros tiempos uno de los más sólidos de África meridional, se encuentra al borde del colapso, con graves problemas de suministro de medicamentos, un éxodo masivo del personal cualificado y la consiguiente saturación de pacientes. Por todo ello, el programa gubernamental de VIH/sida ha quedado paralizado. A todo esto se une los ya consabidos problemas de desempleo galopante, inflación descontrolada, escasez de alimentos, degradación (cuando existe) del sistema de agua y saneamiento provocados por la interminable crisis política y económica que sufre el país.

De nuevo en el día de ayer encontraron la muerte más de cinco mil personas infectadas de tuberculosis y se estima que otras veinticinco mil empezaron a desarrollarla, como viene siendo habitual en estos últimos años. La industria farmacéutica continua haciendo oídos sordos a este alarmante suceso, considerando que estos pacientes no son una prioridad, por lo que los últimos avances terapéuticos se remontan a la década de los sesenta, mientras que las pruebas diagnósticas más utilizadas tienen más de un siglo de antigüedad.

En lo que respecta a los menores de cinco años, nuevamente se contabilizaron las más de doce mil muertes por desnutrición que se vienen registrando diariamente, fundamentalmente en el Cuerno de África, el Sahel y el sur de Asia. La falta de apoyo económico sigue haciendo imposible la llegada allá donde se necesita de los alimentos preparados ricos en nutrientes que se elaboran con pasta de leche de cacahuete enriquecida con vitaminas que no necesitan refrigeración ni preparación. Este preparado alimenticio que se desarrolló con éxito para salvar vidas de forma rápida y económica, hasta la fecha, sólo está al alcance de una minoría de niños con malnutrición severa.

Dirigimos a continuación nuestra mirada a Sri Lanka, donde el virulento conflicto ha superado ya el cuarto de siglo. Atrapados por los combates entre las fuerzas gubernamentales y los Tigres de Liberación de la Tierra de Tamil, en el este y el norte del país los civiles viven aterrorizados por bombardeos selectivos, matanzas, ataques suicidas, minas, secuestros, reclutamientos forzados, extorsiones, restricciones de movimientos y detenciones arbitrarias. Cientos de miles de personas han abandonado sus hogares desde que se reanudaron los combates en agosto de 2006. Debido a las hostilidades, y precisamente cuando se hace más necesaria la intervención médica, en las regiones cercanas a la línea de frente, los hospitales se están quedando sin especialistas para atender, entre otros, a los heridos.

Nos llegan también las últimas noticias desde la República Democrática del Congo, donde año y medio después de las elecciones que debían estabilizar la nación, el conflicto no ha remitido en el este del país. Con el apoyo de la Misión de Naciones Unidas en RDC, el gobierno se enfrenta ahora en Kivu Norte a las fuerzas del general rebelde Laurent Nkunda, con la participación de viejos conocidos de la guerra congoleña, como los mai-mai o las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda. En consecuencia, continúan los masivos desplazamientos de civiles, cientos de miles de personas obligadas a huir de un lado a otro, a veces repetidamente, muchas de ellas para esconderse en el bosque sin apenas comida ni atención médica, y cada vez más vulnerables a enfermedades fácilmente tratables. La altísima tasa de violencia sexual es otra inquietante dimensión de la crisis, así como los brotes de cólera, sintomáticos de la vulnerabilidad de la región, donde grandes áreas siguen inaccesibles para las organizaciones humanitarias debido a la inseguridad.

Nos vamos ahora hasta Colombia, el país con la tercera cifra más alta de desplazados del mundo, después de Sudán y el Congo, con 3,8 millones de personas fuera de sus hogares debido a la incesante violencia generada por el narcotráfico. Estas personas son tratadas por todas las partes en conflicto como potenciales colaboradores del rival, acorralados por las amenazas de represalias, aislados de la atención sanitaria... desesperados, abandonan sus hogares con poco más que lo puesto para buscar refugio, en condiciones igual de amenazantes y precarias, en los suburbios marginales de las ciudades. Allí, perdidos en un laberinto burocrático o con miedo a ser reconocidos como desplazados, siguen al margen del sistema de salud, expuestos a infecciones respiratorias, enfermedades diarreicas y desórdenes psicológicos. Debido a la inseguridad, tampoco hay muchos desplazados que tengan la opción de regresar a sus hogares, y quienes lo hacen se encuentran con comunidades destruidas donde todo debe empezar desde cero, quizás hasta el próximo desplazamiento.

En Myanmar, antigua Birmania, donde reside una de las poblaciones más aisladas del mundo, la casi nula inversión pública ha colapsado el sistema sanitario, generando grandes vacíos en la atención médica. Especialmente grave es la crisis en el estado de Rakhin Occidental, donde los rohingyas musulmanes, sin derechos de ciudadanía, viven en precariedad extrema. En las zonas de conflicto contra los rebeldes karen y mon, en la frontera con Tailandia, las restricciones gubernamentales han frustrado los esfuerzos de la ayuda humanitaria.

Volvemos al castigado continente africano. Desde finales de 2005, los combates entre las fuerzas gubernamentales y varios grupos rebeldes en el norte de la República Centroafricana, así como los ataques directos, saqueos e incendios perpetrados contra numerosas aldeas, han causado importantes desplazamientos de población. Decenas de miles de personas tuvieron que refugiarse en el bosque, restringiendo gravemente su acceso a la ayuda humanitaria. Zonas como Vakaga, con una población de 45.000 habitantes, presentan una ausencia total de asistencia sanitaria. Para los refugiados la situación no es mucho mejor. Las 30.000 personas que huyeron a Camerún carecen de cobijo, alimentos y asistencia sanitaria, lo que se tradujo en alarmantes tasas de desnutrición infantil. En Chad, más de 45.000 refugiados y las poblaciones que les han acogido también se encuentran en situación precaria.

Y terminamos la crónica internacional en Chechenia. Cuatro años después de amainar los combates entre el Ejército ruso y los rebeldes chechenos, decenas de miles de desplazados huidos a las vecinas repúblicas de Ingusetia y Daguestán ya han regresado a sus casas. En Grozni, la castigada capital chechena, la reconstrucción avanza a buen ritmo. Pero estos progresos no significan que la crisis pueda darse por terminada para la población civil. Secuestros, desapariciones, asesinatos y bombardeos están a la orden del día en Ingusetia, Osetia del Norte y Daguestán, mientras que en Chechenia la seguridad aún es precaria. Frente a esto, los servicios básicos de salud, en particular de ginecología y obstetricia, son muy deficientes, inexistentes o están fuera del alcance de los retornados, que sobreviven en condiciones misérrimas.

Por falta de tiempo omitimos las noticias que nos llegan a nuestra redacción procedentes de Irak, Afganistán y los territorios ocupados de Palestina, donde las muertes y las injusticias siguen produciéndose como cada día, impunemente y sin una solución aparente.

Sin más, nos despedimos hasta el próximo informativo. Que tengan un buen día.


Fuente: Médicos Sin Fronteras.

Algún día los informativos contarán la verdad de lo que ocurre en el mundo, y puede que entonces incluso lleguen a interesarnos.


Pedro

6 comentarios:

I. Robledo dijo...

Asi es el mundo actual, amigo, asi es...

Pero no hay que desanimarse... En el pasado, fue incluso peor...

Asi es el mundo.

Un abrazo

Marinel dijo...

Pedro, me quedo si aliento leyendo todo esto,que es una verdad a prueba de bombas y con la que no queremos familiarizarnos del todo,por temor a sentir el peso de la culpabilidad.

Aunque creo sinceramente,que cada vez que vemos o sabemos de algo así,nos duele el alma;cosa ésta, de la que parecen carecer los gobiernos con poder para erradicarlo...

De corazón, ni hablamos...

Espeluznante,pero certero...
Besos.

Jorge dijo...

Buena redacción con correcto toque de ironia. Como en los otros casos, muy real, como si fuera la noticia misma saliendo al aire.

Luismi dijo...

el relato muestra los horrible que es el mundo en el que vivimos, y la frase del final "Que tengan un buen día" denota una ironía colosal xD

Unknown dijo...

Increiblemente por acá en mi Chilito no dan noticias del mundo.
Incluso había un espacio en un noticiero que se llamaba algo así como "la vuelta al mundo en 60 segundos".. o algo asi...Ahi debíamos enterarnos de algo de lo que pasaba más allá de nuestras fronteras...
En todo caso entre tanta violencia y muerte que hay en mi propio país no se si quiera saber de más atrocidades que hay en el mundo.

Saludos

Anónimo dijo...

Esas sí que son muy malas noticias. Desalentador lo que pasa alrededor del mundo de un continente a otro. Saludos