Su vida estaba desenfocada, desencajada, fuera de lugar y, sobre todo… de tiempo. Meses después de que ella se fuera para siempre, decidió volver a la facultad, a su cátedra de Historia Medieval. El contacto con la juventud parecía devolverle cierta vitalidad, le ayudaba a “pasar el día”. Luego, por la tarde…regresaba a casa…su casa…
El portal le parecía más ancho desde que se eliminaran los buzones de correo, se estrechara la escalera, que nadie usaba salvo él, y se instalara aquel infernal artilugio, que no utilizaba. Odiaba aquel nuevo ascensor vertical-horizontal al que no tenía más que decirle donde iba, para que le dejara en la puerta de su casa. No le gustaba hablar con las máquinas, pero, en ese tiempo, todo funcionaba así, y el ascensor no era una excepción.
Subió las escaleras, despacio, apoyando su mano derecha en el arambol, sintiendo aquella vieja madera, viva, entre sus dedos. Recordaba, con orgullo, haber conseguido que no la cambiaran años atrás. Su contacto le pareció cálido comparado con el metal de las modernas, funcionales, y frías barandillas.
Una vez en la puerta de su casa, echó mano a su bolsillo, buscando las llaves, algo que no usaba hacía años. Ahora los bolsillos no recibían ni el monótono tintineo de las monedas chocándose unas con otras, porque el dinero no existía. Todo eran tarjetas y microchips, que sabían más de él, de lo que nunca se hubiese podido imaginar. Al darse cuenta, sonrió. Sacó la tarjeta de seguridad, que introdujo en su ranura, colocó el dedo índice sobre el lector de huellas, su ojo derecho junto al lector de retina, y finalmente la puerta se abrió.
-Lo que uno tiene que hacer para entrar hoy en día en su propia casa. Y ahora…mi ama de llaves virtual. –Pensó.
Cumplió con el divertido ritual de simular que dejaba las llaves sobre el mueble de la entrada, junto al inexistente correo, y las monedas que no llevaba. Se quitó el sombrero y el abrigo, y los colgó en el viejo perchero, colocándolos con esmero.
-Luz tenue.
-Buenas noches. Señor
-Buenos noches Julia. Música, Beatles, Abbey Road, cara dos.
Se preparó una cena especial, con productos que cada vez costaba más encontrar, como era la cecina, el jamón o el queso de oveja. Como habían cambiado las cosas. Los sabores se estaban difuminando en una vorágine de sustancias deshidratantes, conservantes y colorantes. Los productos hiperproteicos envasados iban sustituyendo poco a poco a la comida de siempre. Se escandalizaba al ver los anuncios de la moderna “comida rápida saciante”, última moda entre los ejecutivos, en forma de pastillas. Era un mundo de locos.
Antes de cenar, decidió darse una ducha, si a aquello se le podía llamar así. La única parte de la casa que había tenido que modernizar obligatoriamente había sido el baño. La ley, debido a la escasez de agua, le obligó a instalar una cabina de vapor desinfectante. Había sido el fin de aquellas duchas de agua fría y caliente, largas y relajantes, reparadoras, que recordaba con tanta nostalgia.
Pero el mobiliario seguía siendo el mismo. No se había podido deshacer de él. Allí concentraba los recuerdos de más de treinta años de vida…con ella.
Se sentó en su viejo sofá.
-Apagar música. Canal historia medieval. Serie los cátaros. Continuar
Julia, conectó el holograma que había sustituido a las televisiones convencionales, y que podía verse en cualquier parte de la casa si se deseaba. Cenó mientras visualizaba, por enésima vez, aquel viejo documental que fuera clave para decidirse por la faculta de historia en vez de la de derecho, en los turbulentos años, llenos de dudas, de su juventud.
Acabó de cenar, y regresó a la cocina para prepararse una infusión relajante, a base de valeriana, hierba luisa, melisa, lavanda y tila. Una mezcla que únicamente se encontraba en el mercado negro. Mientras esperaba a que el agua hirviera, salió al pequeño balcón.
-Apagar holograma. 2050FM Noticias
La radio estaba comunicando los actos oficiales organizados para conmemorar la llegada del ecuador del siglo XXI. Parecía que el mundo se acercaba a un momento clave. Todos esperaban algo especial, diferente, como años atrás sucediera con el cambio de siglo, que él viviera en su lejana niñez.
-Que mundo tan diferente-
Los tonos grises lo cubrían todo. Hasta la luz no parecía la misma. Pero no sólo había cambiado el mundo. Él no percibía los colores desde que ella desapareciera. La tristeza que sentía en su interior, le impedía captar la escasa belleza que le rodeaba.
-Modo noche automático. Tercera sinfonía de Beethoven.
Regresó a su refugio, su viejo sofá. Allí imaginaría la cara inexistente del acompañante imaginario que formaba la silueta de su abrigo y su sombrero, colgados en el perchero, haciéndole compañía, en el recibidor de la casa. Allí disfrutaría de su infusión humeante, bebiendo sorbo a sorbo. Allí se recostaría, escuchando el sonido de unas llaves en su mano, haciendo chocar unas monedas en su bolsillo, creando una sinfonía de sonidos que le ayudaran a oírla a ella. Allí escucharía de nuevo aquella voz, su voz, intemporal en su memoria, y esperaría, ansiando dormirse, no volverse a despertar, y regresar así, a su momento, aquel momento que ya había pasado.
-Felices sueños señor- Dijo Julia, apagando las luces y la música, al tiempo que él comenzaba a soñar sueños de otro tiempo.
Luís Miguel Morán (Calvarian)
Ocupaciones de jubilada
Hace 2 meses
23 comentarios:
No tengo palabras. Hasta yo he sentido melancolía por algo que aún poseemos... pero que se atisba su desaparición a poco que nos relajemos.
Gracias por la necesaria reflexión.
Un abrazo.
A pesar de todo hay esperanza de que en el amor nada cambiará a pesar del dolor. Quizá las holografías familiares nos ayuden mejor que los vídeos a mantener el recuerdo.
Fantástico relato.
Excelente iniciativa la de este blog. Enhorabuena.
Cuando hablabamos del siglo XXI teníamos en mente vestir los trajes y botas plateados, ese coche fantástico, sin ruedas , volador, algún compañero con orejas puntiagudas.... No hemos cambiado tanto. Cuando leo tú relato, es como entrar y salir de una época y otra, es la transición, es esto sí y esto no... es el cambio lento pero que poco a poco nos invade y la adaptación se da, sin riñas, sin invasión, a veces hasta en silencio.
Luís, sigue invadiéndonos, es un placer escucharte...leerte.
Una trasicion tenue ,ligera y nos encontramos en un nuevo mundo .... abrir la puerta al futuro pero guardar muy dentro los bellos y especiales momentos y objetos de lo vivido....
Fantastico como todo lo que escribes.
Un beso
Estupendo relato.
Yo siempre digo que el mundo cambiará en modernidades,en más o menos adelantos, que faciliten cierta comodidad, pero lo más importante son las personas..., y afortunadamente, hay muchas que no cambiarán.
Creo querido Calvaria...que tú eres una de esas.
FELICIDADES.
¡Hermoso relato! Felicitaciones
Aay!! cómo quisiera que la tecnología no llegue a esos extremos ;) A todos nos gustan las comodidades pero... ¿una ducha de vapor desinfectante? ¿y el cerrar los ojos dejando que el agua se vaya llevando hasta los pensamientos negativos y nos lave también las emociones mientras sentimos esa placentera sensación de relax???
NO no... que los dioses nos libren de eso...
Me ha gustado muchísimo este relato.. es como recordar el futuro... parece que lo has visto todo nítidamente ;)
un abrazo.. me voy a disfrutar de esa ducha, antes de que sea demasiado tarde!!
Pedro.- Para mi el futuro resulta algo...frío.
Titocarlos.-Seguro que algunos adelantos tecnológicos nos acompañarán. El amor...no cambiará
Peregrino.- Vuelve cuando quieras
Inma.- Anonima??? jajajaQue bueno...Los nuevas tecnologías jeje
Besix
Insthar.- Va siendo hora...que sepa todo el mundo que esta bella doncella tiene un blog precios y escribe genial. http://blog.iespana.es/lamalamujel
Su último relato guay. DESNUDA
Besix grandex
Lelo.- La madre de la criatura. jeje.Las personas no cambiarán...
Besix
Persis.- GRacias
Isis de la noche.- Fue duro imaginárselo jejeje. Sin esa ducha no seremos los mismos Verdad??
¡Mucha imaginación, si señor!Pero como el que dice está a la vuelta de la esquina.
A mi no me gustaría tener que dejar esas llaves que hoy tengo la costumbre de ir dando vueltas en su anilla.
Me ha gustado mucho tu relato, de verdad.
Con el tiempo, ¿Crees que peligra el puesto de trabajo de los funcionarios de correo?.Ja,ja.
Un beso.
Buenísimo. Hacía semanas que no leía algo que me gusta tanto. Felicidades :)
Luis... me ha encantado, aunque espero con todas mis fuerzas que te equivoques, que nunca perdamos esas "pequeñas" cosas tan importantes para dotar a nuestra vida de, precisamente, vida... La madera, los sonidos... la compañía...
Un beso y enhorabuena. Gracias.
Natacha.
Queda claro que se vive en soledad igual ahora con el mando de la TV que dentro de unos años con un holograma.
:)
Besos, Calvarian, me gusta tu texto.
Calvarian, mucha melancolía en este relato. Y como siempre, tus descripciones tan precisas que lo llevan a uno a imaginar cada detalle, incluido el sonido de las llaves.
Besitos y felicitaciones,
Paqui.- Lo de las llaves sería terrible...
Besix
La rizos. Me alegro de ue te haya gustado.
Besix
Natacha.- Vamos en camino de perderlo. Pero sí, espero equivocarme. jeje
Besix
Tesa.- Si se estás sólo, sólo se está. Tienes razón.
Besix
Soñadora.- Fue triste imaginarse el sonido de unas hipotéticas llaves y de unas monedas. Gracias
Besix
Mejor tarde que nunca y como ves aquí estoy ávida de leer tus relatos. Este, por supuesto es tuyo también, aunque algo me ha sorprendido el trasfondo, pero indudablemente es tuyo, se respira en cada línea esa melancolía profunda que ha llegado a ser tan parte de tí, como tu propio corazón. Sinceramente, no me gusta que sea tan triste, pero me ha parecido bueno, muy bueno.
Un besazo enorme
Almagriss.- Claro está. Si fuera más alegre no sería mio. Pues entonces ni te asomes al siguiente tema "Amores imposibles". Ese si que es triste.
Gracias tardías. Besix
Me ha encantado!!!
Plas plas plas!!!!
Reverencia, mi señor, reverencia.
(Me da un poco de miedo que esa situación se pueda tornar real)
Menda.- Así que pals,plas,plas. Eres la monda Menda jijiji
Besix
Que los sentimientos no cambien y podamos seguir emocionándonos.
Un relato en tu línea ... aflora la melancolía.
Un beso,
Nostalgia es la primera sensación que se me apodera leyendo tu relato perfectamente confeccionado y para nada descabellado...
Sin duda, todo puede llegar y hasta entonces, lo mejor es saborear cada paso, cada gesto, cada instante de este presente que puede no ser en un futuro...
Muy bueno,Calvarian.
Besos.
Clara.- Como el autor..jeje sombra triste y melancólica. Lleno de nostalgia...Caray parezco el del relato...ups quizá lo sea dentro de unos años.
Besix
Marinel.- Nostalgia pasando la mano por el arambol de madera y lo de las llaves y monedas. Quizá en un futuro...sea así.
Besix
Me encanta la iniciativa de este blog. A ver si me animo a mandar algo. Un abrazo
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