Cuarenta las alboradas para despertar y ver frente a mi rostro tu mirada. Fueron cuarenta los ocasos que en brazos de otros mi piel fue perdiendo la suavidad que trae el agua. Hoy solo le agradezco al tiempo que egoísta borro tu rastro, dejando en mí solo un recuerdo que en la distancia se convirtió en un arcaico sueño.
¿Que importa ahora lo no vivido? Solo somos dos añejos cuerpos que renacieron después de tanto tiempo. No soy bella, no eres bello… no soy joven, eres viejo… somos el producto de la trajinada cosecha de los millones de minutos sin tu presencia.
Tantos hombres en un solo cuerpo… tantas caricias para un alma vacía. En mi mente, solamente un viscoso recuerdo de lo que alguna vez fue mi sublime alimento.
Me miras… tomo tu mano. Es rancia y arrugada; algo mas que la mía. Detrás de tus cansados ojos, veo la ternura de tu primera palabra. - ¿Por qué no bailamos? – Anda, levántate!!! Aun tus huesos cansados pueden hacerlo. Fueron cuarenta años para volver a sentir tu cuerpo danzando… solo déjame, y yo canto. Es la vieja melodía que en la noche se perdía. Así es. Izquierda, derecha… izquierda, derecha… Ahora sobran las palabras… podemos, desnudos… botarnos en el agua. No existe la vergüenza, no existe el olvido… solo existe un amor que alejado: fue perpetuo.
Ahora; mojados, brindemos por el reencuentro. En este momento, más que el licor…me embriagan tus besos. Noche, sol, besos, agua, licor, humo, piel, calor, música, baile, tacto, aliento… todo de nuevo en un mismo momento… tu y yo, después de tanto tiempo, de nuevo juntos, en un solo cuerpo.
Gracias por volver, gracias por encontrarte… entre nosotros, no existe espacio, no existe tiempo…solo existe un amor que después de cuarenta años, demostró que es eterno.
Imagen: miller-mccune
Yinna Rincón
Tantos hombres en un solo cuerpo… tantas caricias para un alma vacía. En mi mente, solamente un viscoso recuerdo de lo que alguna vez fue mi sublime alimento.
Me miras… tomo tu mano. Es rancia y arrugada; algo mas que la mía. Detrás de tus cansados ojos, veo la ternura de tu primera palabra. - ¿Por qué no bailamos? – Anda, levántate!!! Aun tus huesos cansados pueden hacerlo. Fueron cuarenta años para volver a sentir tu cuerpo danzando… solo déjame, y yo canto. Es la vieja melodía que en la noche se perdía. Así es. Izquierda, derecha… izquierda, derecha… Ahora sobran las palabras… podemos, desnudos… botarnos en el agua. No existe la vergüenza, no existe el olvido… solo existe un amor que alejado: fue perpetuo.
Ahora; mojados, brindemos por el reencuentro. En este momento, más que el licor…me embriagan tus besos. Noche, sol, besos, agua, licor, humo, piel, calor, música, baile, tacto, aliento… todo de nuevo en un mismo momento… tu y yo, después de tanto tiempo, de nuevo juntos, en un solo cuerpo.
Gracias por volver, gracias por encontrarte… entre nosotros, no existe espacio, no existe tiempo…solo existe un amor que después de cuarenta años, demostró que es eterno.
Imagen: miller-mccune
Yinna Rincón
11 comentarios:
Una bella historia de amor... aunque sea después de tanto tiempo... se encontraron... espero que todos nosotros encontremos antes el amor de nuestra vida...
Muy bonito. Gracias por tus letras, cielo.
Natacha.
Me parece perfecto. 2050, realmente está a la vuelta de la esquina, no hay que buscar ciencia-ficción ni tratar de imaginar el futuro de la humanidad, porque eso es casi pasado mañana. Es una época que, casi todos los presentes y probablemente, la vamos a vivir. ¿Cómo nos veremos?, ésta es una de las formas posibles.
Me ha gustado un montón.
Un abrazo,
Lo importante es ese reencuentro despues de tantos años y un amor intacto que el la distancia ni la ausencia ni el olvido pudo borrar solo faltaba que regresaran esos brazos, mas viejos si pero igual de confortables, esa mirada mas cansada pero igual de penetrante, esos labios mas cuarteados pero igual de bellos... nunca es tarde para volver a empezar, lastima que fueran cuarenta ocasos los que tuvieran que vivir uno dejos del otro...bonito relato
Un relato encantador. Me ha traído a la memoria a El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez.
El amor no entiende de tiempos ni de espacios, es algo eterno e inconmensurable.
Un beso.
Que bella historia de amor tan dulce, con un encuentro y un final feliz!
Besos
Un hermoso relato de una bella historia de amor que demuestra que es eterna física y síquicamente...
De una ternura exquisita.
Me ha encantado.
Besos.
"somos el producto de la trajinada cosecha de los millones de minutos sin tu presencia"
Cuando leo algo así me pregunto cómo es posible que la gente escriba semejantes maravillas...
Muy bonito relato... realmente esperanzador...
un abrazo ;)
Si tuviera una certeza…no leería con tanto dolor y tristeza su texto…esperaría que sólo fuera una alborada…
vaya encuentro... siempre es mejor tarde que nunca... sencillo y profundo relata... saludos
Guauuu, al fin se encontraron, pero paso mucho tiempo. Me encantó
Amor sin edad. Buen relato
Saludillos
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