ESTAMOS PUBLICANDO AHORA LOS RELATOS DE: GÉNERO: "LIBRE"; TEMA: "EMPECEMOS JUNTOS".

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lunes, 16 de marzo de 2009

AYUDA

Respiras hondo y te haces la ilusión de que lo vas a conseguir, que tú puedes, que está a tu alcance...

Sueñas cada noche con descubrir que, de algo sirven tus esfuerzos, que para algo han valido esos besos, esa sumisión y esa admiración. La obediencia ciega. Que la recompensa ha de estar escondida en algún lugar... y la buscas y la esperas… sin descanso, con la fe propia de los niños.

¿Seré yo? ¿Qué habré hecho mal? ¿Provoco yo sus ataques…?

Y los golpes van llegando... y los vas encajando...

Acabará pronto, te dices a ti mismo... Y un día, algo te golpea tan fuerte, que te hace caer, tambalearte tan violentamente, que incluso en el suelo parece que sigas cayendo...

Y ni te duele. Los morados de la piel parecen surgir a voluntad propia, pero lo que escuece no se ve, lo que duele es el alma que llora desconsolada preguntándose ¿Por qué yo? ¿Por qué?

Y entonces decides que ya no puedes más. Es cuando un sentimiento fuerte se apodera de ti, y de da fuerzas.

Sientes que puedes caminar y LO HACES… sin dudar... y derivas en una playa... vacía, ya sin preguntas, ya sin penas, ya sin dolor ni dentro ni fuera...

Y de repente, él aparece y te muestra una puerta, una salida... ¡Y la tomas! corres como loco, como alma que lleva el diablo. Corres sin destino y sobre todo sin mirar atrás...

Y avanzas por ese camino sin reparar en las cosas que vas dejando a los lados, en la personas que vas despreciando... NO, no entres en mi vida, me dañarás... NO, no quiero conocerte, me herirás... NO, no me toques... sangraré... como siempre, NO, no me beses, me abandonarás…

El corazón convertido en el corredor de fondo de una loca carrera por alcanzar el final... ¿de qué?


Y vas quedándote solo, sólo con él... ese que encontraste en la playa, que te mostró un sendero por el que correr, un escape...

Ese malvado, disfrazado de payaso, de amable y risueño compañero, de guía experimentado... que te ha llevado de la mano al futuro de tu propia vida...

Ahora estoy aquí, sentado frente a un profundo acantilado, con los pies colgando... han pasado muchos años... En el 2050, las cosas han cambiado.

Yo conseguí que nadie me golpease más. No volví a ver a mi padre, ese ser tan cruel... Mis bracitos nunca más tuvieron moratones, ningún diente voló fuera de mi boca ensangrentada. Nunca nadie más me violentó en mi propia cama.

¡Lo conseguí!

Ahora miro a mi alrededor y, lejos de sentirme orgulloso de mí mismo, veo que nadie me acompaña excepto él... siempre cerca, siempre como una sombra, oscureciendo cada rayo de sol...

Se acerca despacio hacia mí, y me susurra al oído "SALTA"... un abismo me espera. Detrás... él continúa... susurrando como un soplo de aliento que se mete por mi nuca…"SALTA... saaaalta".

Me levanto lentamente, un leve mareo de vértigo acude a mi frente y lo hago... suavemente... Salto. Más… me dejo caer… caigo y puedo oír como él, mi compañero de viaje, se ríe burlón... me señala con el dedo y SE RÍE... SE Ríeeeee....

Veo como allí, al borde del abismo él... el odio... Se ríe de mí... mientras busca ya a su próxima víctima.

Alguien a quien SALVAR, algún pobre desgraciado que, como yo, nunca supo perdonar y olvidar.

Natacha.

10 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Siempre poniendo el dedo en la dolorosa llaga, aquellos que muchos niegan poseer.
Los traumas de la infancia son los que más duelen, los que nunca desaparecen, los que nos persiguen hasta la muerte. Vencerlos es vencer al mismo diablo... y hay quien lo consigue.

Un beso, querida Natacha, y gracias por abrirnos los ojos una vez más.

TitoCarlos dijo...

Ese trauma, ese dolor, no se supera; se debe aprender a vivir con él.
Hermoso relato, jefa.

Un beso,

Marinel dijo...

Natacha, no dejas nunca impasible a nadie con tus escritos...
Una traumática infancia puede llegar a convertirse en un lastre imposible de soltar...
Un relato doloroso, terrible,cruel para el que el futuro solo es un escape de la tortuosa existencia...
Impresionante, de verdad.
Besos mil.

isis de la noche dijo...

Es un relato desgarrador... Ciertamente.

Sin duda, cuando nos guía el odio solo hay un destino posible.. El que has descrito.

Perdonar y olvidar se dice fácil... Y creo que nadie debe sentirse culpable por no poder hacerlo.

Sin duda, llegan momentos en la vida en que se puede optar por una determinada actitud frente a lo inevitable. Y solo queda la esperanza de que el amor destruya todo lo que queda del alma dañada y nos haga renacer. El amor que no viene de nadie... El amor que nos queda, en algún rincón, como una débil llama de esperanza.

Creo que lo único que nos da fuerza es creer que, sea lo que sea lo único que hemos conocido, su opuesto existe en la misma medida.. En alguna parte.. En algún tiempo...

El amor existe...

Muy conmovedor, amiga... Realmente me impactó..

un abrazo inmenso..

kuoremio07@gmail.com.ar dijo...

Lo vivido en la infancia se refleja en la vida mucho mas adelante, son traumas que nos marcan y siempre salen a la luz, es muy difícil tapar el sol con un dedo! Besos

I. Robledo dijo...

Querida amiga, me has dejado estremecido y tembloroso...

Asi que haz el favor de darme un buen abrazo, a ver si asi vuelvo a entrar en calor.

¡Que mas te voy a decir!

Ah, si... ya voy sintiendo ese abrazo.

Otros mil besos,amiga

I. Robledo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Calvarian dijo...

Muy triste y pesada esa sombra ineludible fruto del dolor.

Muy chuli, aunque triste, y como no puedo votarte pues...jeje

Besix

Natacha dijo...

Muchísimas gracias a todos...siento que sea un texto algo crudo.. pero ya sabéis que la inspiración manda... y cuando llega, no es para despreciarla.
Gracias por ser tan amables y amorosos.
Un beso,
Natacha.

Soñadora dijo...

Natacha, la violencia es algo que marca de por vida, y es muy triste el abuso que se comete con los niños.
Crudo tu relato es cierto, pero es bueno decir las cosas y hacer reflexionar.
Besitos,