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lunes, 20 de octubre de 2008

MIS MEMORIAS DE ÁFRICA

De esto hace ya muchísimos años, aún así intentaré rememorar esta historia tal y como la viví.

Siempre me ha fascinado Kenya por sus paisajes, sus costumbres, los indígenas, pero sobre todo quería hacer un Safari, perderme por el Masai Mara y conocer a su tribu, los Masai. Vivir una aventura increíble como soñaba desde pequeña cuando veía películas rodadas en África. Siempre me decía “algún día iré”… y aquí comienza mi historia.

Después de 8 horas de vuelo llegamos al aeropuerto de Mombasa y nos dirigimos al autobús que nos llevaría al complejo hotelero. Los niños que esperaban a los turistas se golpeaban en los cristales de los autobuses pidiendo mecheros y bolígrafos, era curiosísimo pensar que algo tan insignificante para nosotros sería un mundo para ellos, así que busqué en mi bolso y les regalé mi mechero y un bolígrafo de esos publicitarios. La emoción fue indescriptible, todos me tiraban besos al aire dando las gracias como si de algo excepcional se tratara. Aquellos pequeñajos consiguieron arrancarme lágrimas de emoción.

Seguimos nuestra ruta hacia el hotel, pero no era un hotel cualquiera, queríamos sentirnos más cerca aún de la naturaleza, así que elegimos un bungalow con tejado de paja dentro del recinto, rodeado de árboles milenarios, enormes que incluso alguno tenía una abertura en su tronco por donde pasaban los Jeeps del hotel. Por la mañana temprano sentimos pasitos ligeros saltando sobre el tejado del bungalow, ante la curiosidad, salimos a ver quién era ese visitante: ¡monitos con muy poca vergüenza haciendo de las suyas! No fallaban ni una mañana, eran puntuales como un despertador, jajaja.

Hicimos amistad con el director del hotel y su mujer, así que un día nos invitaron a comer a un poblado indígena cercano. Aunque había que trasladarse en una barca pesquera bastante destartalada, me daba igual, yo quería disfrutar de aquella experiencia. En el barco se encontraba un chico nativo de unos 15 años y no paraba de mirarme, se dirigió sin el más mínimo pudor hacia mi pareja y sin más, le dijo que quería comprarme, que su padre tenía cabras y tierra y que se las daba a cambio de mi persona. ¡Qué, pero qué dices mocoso, a que te tiro al agua! exclamé entre risas. Nos reímos a carcajadas todo los que íbamos en el barco, fue graciosísima su intención, la verdad que me sentí halagada, pero claro, yo ya estaba comprometida, jajaja.

Llegamos al poblado y los indígenas treparon rápidamente por las palmeras en busca de cocos para refrescarnos. Para comer nos querían deleitar con su mejor manjar, gallina con arroz. Estuvieron un buen rato corriendo detrás de aquellas gallinas hasta alcanzarlas, limpiarlas y meterlas en la olla. Nos sentamos todos en el suelo alrededor de la cazuela y comíamos aquel suculento plato, sin el menor escrúpulo, con las manos. Algunos pensaréis “qué asco, qué horror, todos con las manos”, pero os voy a decir una cosa, si alguien está dispuesto a viajar a esos países, la mejor forma de disfrutar es meternos de lleno en el papel sin importarnos las condiciones.

Llegó la hora de nuestro Safari al parque natural Masai Mara, situado al sudoeste de Kenia en la región del Serengueti. Desde este territorio podemos observar el gigantesco Kilimanjaro, situado al norte de Tanzania junto a la frontera con Kenia. Increíble y precioso con su pico nevado y sus 5895 metros de altura. Un reto para cualquier escalador y una delicia para nuestra vista.

Llegamos al hotel donde nos alojaríamos durante 3 días de safari cuando nos comunican la mala noticia, habían reservado las habitaciones por duplicado por lo que, al ser los últimos en llegar, nos vimos obligados a trasladarnos a otro “habitáculo”, un camping con tiendas de campaña en un recinto que aunque estaba vallado, no había portón que nos protegiera de las fieras ahí fuera. ¡Os podéis imaginar nuestra preocupación!, pero como siempre, la única respuesta a nuestra inquietud era “Hakuna Matata” (no hay problemas). Pues nada, ningún problema, jajaja y sabéis qué, ataron una cabra delante de la entrada al camping para cuando viniera cualquier fiera en la oscuridad, se zanjara primeramente con la cabra y luego… No pegué ojo en toda la noche y encima se coló una araña tremenda en la tienda y no había forma de sacarla!!

Al día siguiente fuimos en Jeep a ver fauna y flora, sí, y menuda fauna, resulta que nos acercamos a una manada de elefantes que se bañaban en el río y por lo visto no les gustó nuestra presencia. Eso desató una estampida hacia nuestro Jeep que presos del pánico y gritando todos, el conductor, nervioso, salió a todo gas pero marcha atrás!! Aquello cada vez se ponía más feo, estuvimos a punto de ser alcanzados por la trompa de un elefante cuando el conductor pudo hacerse con el control del Jeep y salimos a todo gas pero ya marcha hacia delante, jajaja.

Fue una experiencia increíble y que me gustaría repetir este viaje. Jamás olvidaré África, sobre todo porque recordaré siempre una canción que seguramente más de uno conoceréis, en su idioma el swahili: “Jambo, jambo Bwana! Habari gani. Mzuri Sana. Wageni, mwakaribishwa, Kenya yetu Hakuna Matata” (hola señor, qué tal está. Muy bien. Sea bienvenido, en nuestro Kenya no hay problemas). En efecto, ¡ningún problema señores!, jajaja.

PD: Denunciamos a la agencia de viajes por la jugada que nos hicieron al reservar el hotel en el Safari. Conseguimos los costes del Safari y daños por perjuicio.


Fair Lady

27 comentarios:

alicia barajas dijo...

Una bonita experiencia, aunque un poco peligrosa... aunque parece que la cabra sobrevivió ¿no? Un saludo

Patricia López dijo...

Debió de haber sido realmente emocionante, más aún animarse a salir de las comodidades para vivirlo a pleno desde el mismo corazón del África.

Felicitaciones, mi bella dama!
Un beso.

Ana Garcia dijo...

jajaja Sinkuenta, sabes, la cabra ya no estaba a la mañana siguiente...

Una experiencia peligrosa pero volvería a repertirla, me quedé fascinada con aquel viaje:-)

Un besito guapa

Ana Garcia dijo...

Pues sí Patru, muy emocionante, hay que meterse de lleno en el papel de aventurero para disfrutar al máximo, aunque no siempre puede salir bien:-) Sobretodo mentalizarnos que una vez salimos de nuestro país nada es igual:-)

Un besito corazón

Autores Reunidos dijo...

Fair, menuda experiencia... adoro los viajes a lugares tan distintos a los nuestros.
Tu narración nos sitúa fantásticamente en el centro de esos peligros.... Lo peor... la araña. Lo mejor... esa tienda de campaña, Me encanta dormir en ellas.
Muchas gracias por este exótico y emocionante viaje.
Un beso, cielo
Natacha.

Marinel dijo...

Bueno, es innegable que fue una aventura...pero, caramba qué miedo!!!
Si a mí me hacen dormir en un camping con fieras al lado...como tú;no duermo, pero es que me marcho al día siguiente...¡pobre cabra!
Bonito y tierno lo del adolescente.
Y estupendísimo que la agencia pagase por su error.
Segura estoy que querrías volver y espero que la próxima vez, sea ideal.
Un besito.

AHEO dijo...

Que bella aventura! Afortunada al vivir así tan de cerca los paisajes africanos, aunque bueno, con algunos sustillos que no hicieron otra cosa mas que complementar el viaje y hacerte quere volver... no? jeje!
Un abrazo.
Haydeé :)

Jorge dijo...

Interesante el relato, con una completa descripción y la manera de hacerlo. Parece la voz del narrador en los documentales de National Geographic. Yo no saldria de mi hábitat natural, pero tratándose de viajes, hay para todos los gustos.

Bowman dijo...

Querida Fair Lady, no hay cabras ni tierras en el mundo suficientes para pagar lo que vales, ja, ja...

Maravilloso viaje. Tendría que haber ido yo. Las tiendas de campaña no me importan (de hecho, es mi forma habitual de pasar las vacaciones) y los animales salvajes... bueno, no eran leones, pero he dormido al raso (dentro de mi saco, pero sin tienda) por ejemplo al pie del glaciar de Monte Perdido, donde me despertí un rebeco (¡y tenía cuernos!) a las 7:00 am, o las comadrejas/visones (lo que fueran) corrían a 1/2 metro de mi mujer y mi hija para robarles el bocadillo...

Así que, si estás pensando en volver, avísame que me apunto (el león me comerá a mí, que ando sobrado de carne).

Eso sí, el precioso Kilimanjaro no me contento con verlo... no descansaré hasta, sólo o acompañado, coronar su cima o morir en el inteto

Mabusu ;-)

I. Robledo dijo...

Que bellas andanzas por esas tierras lejanas que tanto han marcado a los viajeros durante siglos y siglos.

Felicidades por la historia.

Un abrazo

Esther dijo...

Un viaje lleno de aventuras y emociones,y por lo visto es real según comentas que no estaba la cabra ¡que miedo! jaja. Yo soy algo menos atrevida y me daría miedo un viaje asi, aunque debe ser bonito al ver otras culturas

besos

Leznari dijo...

Menuda aventura, tuvo que ser emocionante, la próxima vez que vayas me apunto, aunque me dan un poco de respeto algunas fieras, con tal de vivir lo que viviste...es interesante.
Besitos.
LEZ

Ana Garcia dijo...

Muchas gracias a todos, me han encantado vuestros comentarios, sobre todo el de Jorge, mira que compararme con un narrador del National Geographic, jajaja.

Sí, este viaje fue real como la vida misma (por cierto, la chica de la foto soy yo, jejeje), pasé mucho miedo y mucha emoción, por eso quiero repetir.

Os recomiendo este tipo de experiencia, se vive tan intenso que te imaginas ser el propio protagonista de un película de aventuras!!

Un fuerte abrazo a todos

Anónimo dijo...

Fair Lady, África me fascina y Kenya para mi fue un sueño que has vuelto a recordar! Además los kenyatas osn encantadores y muy hospitarios, Masai Mara ufff!, la pasad. ¿No fuiste al Monte Kenya? Ya te lo cuento, que si no escribo aquí otro relato.

Un besito

Ana Garcia dijo...

Sí Reina, tienes razón, son encantadores. Me alegro que te refrescara los recuerdos. Al Monte Kenya no fuimos, ya me contarás entonces:-)

Otra anécdota: solíamos esperar el autobús de línea para trasladarnos al pueblo más cercano ¡¡Imaginaros el autobús!! A parte de que jamás sabíamos a qué hora pasaría por nuestra parada (una espera de hasta más de 2 horas), venía repleto de pasajeros, gallinas, cajas, maletas, etc., jajaja. Lo cierto es que al entrar todo el mundo se levantaba para dejar sentar a los blancos y yo, ni corta ni perezosa, me senté al lado de un nativo y se quedaron todos boquiabiertos y cuchicheando!! No debía ser muy correcto que un forastero se sentara junto a un nativo:-)

Un besito guapa

Anónimo dijo...

Igual no estaba bien, jajaja! no lo sé. Lo qúnico uqe recuerdo con horror son aquellas "carreteras" estrechísimas, llenas de baches , de dos sentidos, en las que todo el mundo se adelantaba por donde le venía bie, al de la bici se le caía el barril, los niños correteaban de vuelta a casa... Uff! E mi vida he pasado tanto miedo! Creí que de aquella no salía; prefiero los leones.
Un besito

Ana Garcia dijo...

Jajaja Reina, efectivamente es así, además conducen por la izquierda, peor aún!! Mirabas hacia un lado pensando que venían por ahí y resulta que venían al revés, como en Londres, menudos sustos nos hemos llevado, sobre todo porque conducen un poquito alocados!!

Pues nada corazón, nos apuntamos a ver leones, emociones menos fuertes, jajaja

Besitos guapa

Layla - Noche Hermosa dijo...

Que maravillosa experiencia debió ser!..me encanto, en definitiva

Hakuna Matata!!

Autores Reunidos dijo...

Cierto es Fair Lady que desde mi imaginación me he preguntado algunas veces sobre aceptar sin hacer ascos todas las costumbres y creo que la verdadera aventura se vive desde ahí, con todo.

Un relato que manifiesta tu buena memoria y resulta muy ameno hasta el final... y el título está genial :)

Saludos cordiales,

Emig

Ana Garcia dijo...

Gracias Noche, la verdad que recomiendo a todo el mundo una experiencia tan profunda, es realmente emocionante, por ello quiero repetir... algún día volveré.

Un besito guapa

Ana Garcia dijo...

Gracias Emig, a decir verdad pensaba que ya no me acordaría con detalle... este viaje fue hace exactamente 21 años!!... aunque sigo estando como en la foto, jajaja

Según iba escribiendo, iba recordando todo lo vivido en aquel maravilloso viaje y como bien dices, hay que vivirlo desde dentro, adaptarse a la situación y disfrutar :-)

Un beso Emig

Unknown dijo...

hola a todos,
Kenia es de mis viajes, el que mas huella a dejado.
Escuchando tus historia de elefantes + Kilimanjaro me surge la idea de que hayas confundido masai Mara con Amboseli, aunque en este PN hay lago/pantano y no río como Sand River o Mara River donde el coco siempre le vemos comiendose al ñu.

Ana Garcia dijo...

Hola Jose, gracias por tu punto de vista, pero podemos encontrar elefantes tanto en el Masai Mara como en Amboseli. El PN Masai Mara es una continuación del Serengueti (también hay elefantes) y lo cruza el Río Mara. Otra curiosidad: nos cruzamos de noche hasta con un canguro:-) ..y desde luego no estoy hablando de Australia, jajaja

Desde luego en el Amboseli no he estado, eso te lo puedo asegurar, tengo vídeo y fotos!!

Te sugiero leer mi blog Paisajes, allí tienes todos los enlaces e información al respecto.

Un abrazo

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Ana Garcia dijo...

Natacha, veo que últimamente se publican comentarios de anónimos que no tienen nada que ver con este relato, ni los conozco, son todos Spam. Convendría, ya que podéis, anularlos cuando llegan. Gracias y un beso (luego te escribo)