ESTAMOS PUBLICANDO AHORA LOS RELATOS DE: GÉNERO: "LIBRE"; TEMA: "EMPECEMOS JUNTOS".

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domingo, 29 de noviembre de 2009

INCERTIDUMBRE EN LA BRISA

Tumbada sobre el césped, sola en plena naturaleza mirando al cielo, contemplándolo como un cuadro en movimiento. La brisa me rozaba cada poro de mi piel, pero la brisa no traía sólo silencio..

Unas le ves pisadas se oían a lo lejos, cómo se acercaban poco a poco. Mis sentidos se agudizaban, levantaba la cabeza y no veía nada.. Los arbustos se movían al compás de la brisa, pero algunos a lo lejos parecían no seguir el vaivén del resto.

Empecé a preocuparme, no estaba sola , ¿pero quién o qué sería? Había subido allí a lo alto para estar más cerca del cielo y contemplar el valle y el lago desde arriba.

Las pisadas subían de tono, amenazantes y cuando empecé a andar se pararon, como si estuviera ocultándose. Empezó a invadirme un sudor frío producto de la tensión que estaba viviendo. Sólo se oía mi corazón cómo latía desbocado y esas pisadas de nuevo al pararme.

Unos hierbajos se movían lentamente delante de mi y retrocedí de miedo sin acordarme por un momento de lo que había detrás de mi, la nada, ese paisaje donde se recortaba el suelo que pisaba para dar lugar a una bonita vista, una vista que frenaba mi huída.

Ahora lo veía más claro, era un lobo lo que se acercaba a mi y no con muy buenas intenciones. En sus ojos podía leer su hambre contenida y que quería saciarla conmigo siendo su próximo banquete.

Su boca no paraba de salivar al verme y me miraba a los ojos, parecía que quisiera leer en ellos mis reacciones para pillarme desprevenida. Yo hice lo mismo con él intentando no demostrarle el miedo que me invadía por dentro.

Me llevo la mano a la cintura y si estaba lo que presuponía. Tenía las manos sudorosas y un río de gotas de sudor invadía mi cara. Tenía dos opciones, enfrentarme a la bestia o saltar al vacío. Me giro por un segundo y me invade el vértigo, pero cuando me giro miro al lobo y descubro su intención de precipitarse sobre mi. Instintivamente retrocedo y ¡¡¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!

No hay nada bajo mis pies, veo al lobo saltar por los aires por encima de mi. Noto la gravedad, su poder sobre mi haciéndome caer cada vez más rápido. El corazón a mil y sin sentir nada más que el vacío a mi alrededor.. Pero por suerte.. ¡tenía el arnés puesto, enganchado a la cintura!.

Eso es lo que buscaba momentos antes, el miedo no me dejaba recordar si lo había quitado o no tras el ascenso. Por suerte el cansancio me salvó la vida, pues nada más subir me desplomé sin más. Estaba viva es lo que importaba , ahora tocaba volver a subir, la bestia ya no estaría esperándome arriba.

Esther , lugar de encuentro

5 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Excelente relato,un verdadero placer leerlo.

Autores Reunidos dijo...

Esther, tensión hasta el final.. supongo el lobo (pobrecito :)) caería sin remedio...
Suerte del cansancio.
Enhorabuena por tus letras y gracias amiga.
Un beso,
Natacha.

Pedro Estudillo dijo...

Uffff, vaya aventura; inolvidable.
Escribes de miedo.

Un beso.

Marinel dijo...

Mucho miedo da el lobo,pero la caída es aún peor...
Besos,Esther.

Pilar dijo...

Bueno, al menos se salvó... ya lo veía estampado contra el suelo.
Muy emocionante, Esther, gracias.
Un besito.

Pilar