Abro la caja de mis secretos de cuando era niña y allí estaba su foto. La de Javi mi amigo de la infancia, mi príncipe valiente en el juego de príncipes, princesas y dragones.
Aún recuerdo aquél día, apoyados en el árbol al atardecer, en el que me decía:
—Alicia eres mi princesa y espero que un día seas mi reina.
—Claro, Javi; tu eres mi príncipe azul y un día viviremos en nuestro castillo y tendremos una niña que será nuestra princesita.
Cogió una arandela de un juego suyo y me la puso en el dedo.
“Con este anillo nos hacemos novios y prometemos no separarnos nunca...”
Me tomó la manita delicadamente y una vez puso el anillo acercó mi mano a su boca y la besó como un caballero. Me sentí una princesa de verdad y le di un besito en la mejilla. Era tan feliz, tan joven y mi príncipe azul estaba a mi lado y en este cuento no había ninguna bruja mala, así que era el mejor cuento que podía vivir.
Ya era tarde y se estaba haciendo de noche así que nos despedimos quedando al día siguiente en el mismo árbol a la misma hora.
Al día siguiente Javi estaba en el árbol cabizbajo y creí adivinar unas lágrimas en sus mejillas y le pregunté:
—¿Qué te pasa?
—Que mi papá lo trasladan a Madrid y nos tenemos que ir con él y yo no quiero, yo quiero estar contigo, Madrid está muy lejos.
—Escapémonos...
—¿Dónde?
—Al bosque, allí viviremos y comeremos frutas de los árboles y nos haremos nuestra casita de madera, así no nos separarán.
—Vale mi princesa.
Nos internamos en el bosque, hacía frío pero estábamos juntos y era lo que importaba. Se oían ruidos y yo me asustaba pero él estaba a mi lado y me miraba como diciendo: ”yo te protegeré” y eso me hacía estar más tranquila.
Nos quedamos dormidos, acurrucados uno en el otro y de repente se veían luces y perros que nos asustaron con sus ladridos, y al fondo se oía:
—¡Alicia, Javi!
Eran nuestros padres. Empezamos a correr para que no nos encontraran, sabíamos que eso iba a ser nuestra separación, pero aún así los perros hicieron bien su trabajo y nos encontraron.
Nuestros padres tiraban cada uno de uno de nosotros y enfadados por habernos escapado, no lo entendían. Nosotros no soltábamos nuestras manos hasta que al final por la fuerza nos separaron, nuestras últimas palabras fueron:
—Siempre serás mi princesa.
—Y tu mi príncipe Javi, pero vuelve pronto por favor.
No lo volví a ver más, sólo tenía el anillito que me puso en el dedo, que no me lo quería quitar nunca y mi madre no lo entendía. Hasta que un día lo guardé en un cofre por miedo que se perdiera, pues me iba a la playa y se me podía caer por el mar.
Siempre me he preguntado, qué hubiera sido de ese amor tan tierno y dulce si hubiéramos seguido juntos. Nunca lo sabré, sólo se que ningún amor ha sido tan puro y bonito como mi primer príncipe azul, Javi.
Esther
Aún recuerdo aquél día, apoyados en el árbol al atardecer, en el que me decía:
—Alicia eres mi princesa y espero que un día seas mi reina.
—Claro, Javi; tu eres mi príncipe azul y un día viviremos en nuestro castillo y tendremos una niña que será nuestra princesita.
Cogió una arandela de un juego suyo y me la puso en el dedo.
“Con este anillo nos hacemos novios y prometemos no separarnos nunca...”
Me tomó la manita delicadamente y una vez puso el anillo acercó mi mano a su boca y la besó como un caballero. Me sentí una princesa de verdad y le di un besito en la mejilla. Era tan feliz, tan joven y mi príncipe azul estaba a mi lado y en este cuento no había ninguna bruja mala, así que era el mejor cuento que podía vivir.
Ya era tarde y se estaba haciendo de noche así que nos despedimos quedando al día siguiente en el mismo árbol a la misma hora.
Al día siguiente Javi estaba en el árbol cabizbajo y creí adivinar unas lágrimas en sus mejillas y le pregunté:
—¿Qué te pasa?
—Que mi papá lo trasladan a Madrid y nos tenemos que ir con él y yo no quiero, yo quiero estar contigo, Madrid está muy lejos.
—Escapémonos...
—¿Dónde?
—Al bosque, allí viviremos y comeremos frutas de los árboles y nos haremos nuestra casita de madera, así no nos separarán.
—Vale mi princesa.
Nos internamos en el bosque, hacía frío pero estábamos juntos y era lo que importaba. Se oían ruidos y yo me asustaba pero él estaba a mi lado y me miraba como diciendo: ”yo te protegeré” y eso me hacía estar más tranquila.
Nos quedamos dormidos, acurrucados uno en el otro y de repente se veían luces y perros que nos asustaron con sus ladridos, y al fondo se oía:
—¡Alicia, Javi!
Eran nuestros padres. Empezamos a correr para que no nos encontraran, sabíamos que eso iba a ser nuestra separación, pero aún así los perros hicieron bien su trabajo y nos encontraron.
Nuestros padres tiraban cada uno de uno de nosotros y enfadados por habernos escapado, no lo entendían. Nosotros no soltábamos nuestras manos hasta que al final por la fuerza nos separaron, nuestras últimas palabras fueron:
—Siempre serás mi princesa.
—Y tu mi príncipe Javi, pero vuelve pronto por favor.
No lo volví a ver más, sólo tenía el anillito que me puso en el dedo, que no me lo quería quitar nunca y mi madre no lo entendía. Hasta que un día lo guardé en un cofre por miedo que se perdiera, pues me iba a la playa y se me podía caer por el mar.
Siempre me he preguntado, qué hubiera sido de ese amor tan tierno y dulce si hubiéramos seguido juntos. Nunca lo sabré, sólo se que ningún amor ha sido tan puro y bonito como mi primer príncipe azul, Javi.
Esther
9 comentarios:
Creo que en algún rinconcito de mi corazón, guardo una historia así de tierna, así de hermosa...
El que no haya vivido algo así en su tierna infancia... lástima lo que dejó de sentir...
Un beso, me hiciste recordar...
Natacha.
Supongo que todos tuvimos nuestro javi o nuestra Alicia. Aquella personita que en la infancia hubiese sido nuestro principe o nuestra princesa. Bonito relato.
BEsix
Me ha cautivado tu relato... supongo que todos en nuestra infancia tuvimos un principe o una princesa que llenaba nuestras horas, y nos hacia sonreir... una historia contada con gran ternura, realmente precioso
Preciosa historia Esther. Yo también tuve mi principe azul, que curiosamente se llamaba Javi, pero fué un amor no correspondido...Y ahora se porqué!!!... Alicia!!!
Un beso, guapa.
Pilar
Qué preciosa historia,Esther.
Tu principito azul, ese que por mucho tiempo que pase,jamás olvidarás.
Un amor imposibilitado por varias razones tangibles,pero que perdura de forma romántica y hermosa dentro de ti.
Me ha gustado mucho,linda.
Besos.
Que tierno, .... me hace pensar en mi principe azul..jiji. Hay tantos principes y cada uno te ama de manera diferente ,pero siempre magica.
Un beso y enhorabuena
Qué bonito, qué bonito; esos amores de la infancia nunca se olvidan. Será porque no mueren nunca, dando fe una vez más de la eternidad del Amor.
Besos.
Ese primer contacto con el amor, tan puro, inocente y tierno...
Si creyéramos, como lo hacíamos de niños, realmente nada sería imposible... Todo sería tan solo cuestión de tiempo ;)
Una historia tremendamente dulce, mi querida Esther ;)
besos!!!
Gracias a todos por vuestras palabras, ahora mismo estoy algo ausente de todo esto por motivos personales y no he podido disfrutar de vuestras letras. Os agradezco que hayáis disfrutado de mi escrito, a ver si poco a poco vuelvo a la normalidad y disfrutar de todos los vuestros.. besitos
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