Era la hora del paseo de la noche. Hacía frío, pero no le gustaba llevar mucha ropa encima, más tarde le incomodaría. Cogió una chaqueta fina, su gorra blanca de los Detroit Red Wings, sin dejar de admirar por enésima vez el bonito logo de la rueda y las alas, y su inseparable libro, y salió.
Iba distraído, mirando a todos los lados, y a ninguno… Las mismas tiendas, ya cerradas desde el anochecer; las mismas pandillas de adolescentes dando rienda suelta a sus hormonas, con gritos y fanfarronadas, para llamar la atención de unas precoces aprendices de mujer, que, pintadas hasta el absurdo, reían y comentaban, escondiendo su rubor dentro del grupo; las mismas parejas de ancianos que salían del baile; la misma playa, alisada por el viento que la había azotado durante toda la tarde, convertido ahora en una suave brisa; el mismo mar en calma, con el leve sonido de pequeñas olas rompiendo en la arena; los mismos bares, con la misma gente, viendo el mismo deporte, el fútbol…
—Por que serás tan diferente...—Pensaba...— Toda esta gente… Y tú, paseándote con un libro, y con un frío que pela.
Se quitó la gorra. Comenzaba a sudar. Su cabeza, afeitada, desprendía un leve vaho. Se sentó en el mismo banco que le había servido para ajustarse los cordones de su calzado. Dejó el libro a su derecha, y miró hacia el mar…
Era… un momento perfecto.
La luna brillaba, baja, muy baja, casi en la línea del horizonte. Su luz, y su reflejo en el mar, sobre unas aguas calmadas, impedían ver las estrellas en aquella dirección. El suave rumor de las olas, era lo único que percibían sus oídos. La playa, sin pisadas que rompieran su monótona superficie, parecía un gigantesco bloque de helado de turrón.
—Hola Luís
Allí estaba…Con su pelo suelto cayéndole graciosamente hacia uno de sus hombros, con sus ojos verde esmeralda mirándole fijamente, encogida de frío, con las manos dentro de los bolsillos de una cazadora negra, con un pantalón vaquero ajustado, y unos zapatos con un poco de tacón, que parecían incomodarle.
Apartó el libro, y extendió su mano.
—Estás helada. Siéntate.
Ella se sentó, y se dejó abrazar. Apoyó la cabeza en su hombro. Su aroma, el olor de su pelo recién lavado, y todavía algo húmedo, sacudió hasta la última célula de su cuerpo. Acarició su mejilla, sin dejar de mirarla. Ella le correspondió con una sonrisa, interrumpida, únicamente, por la tiritona que no había cesado desde que llegara.
Volvió a mirar al horizonte, a la luna, cuyo brillo casi molestaba, al mar resplandeciente. Volvió a escuchar la música de las olas, y sonrió al imaginarse travieso, junto a ella, rompiendo la playa con cientos de juguetonas pisadas.
Cerró los ojos unos instantes. Giró la cabeza, buscándola… A su lado únicamente había un libro. El libro que nunca había dejado de estar allí. Sólo había sido un momento perfecto. Otro maldito momento perfecto.
Calvarian
Iba distraído, mirando a todos los lados, y a ninguno… Las mismas tiendas, ya cerradas desde el anochecer; las mismas pandillas de adolescentes dando rienda suelta a sus hormonas, con gritos y fanfarronadas, para llamar la atención de unas precoces aprendices de mujer, que, pintadas hasta el absurdo, reían y comentaban, escondiendo su rubor dentro del grupo; las mismas parejas de ancianos que salían del baile; la misma playa, alisada por el viento que la había azotado durante toda la tarde, convertido ahora en una suave brisa; el mismo mar en calma, con el leve sonido de pequeñas olas rompiendo en la arena; los mismos bares, con la misma gente, viendo el mismo deporte, el fútbol…
—Por que serás tan diferente...—Pensaba...— Toda esta gente… Y tú, paseándote con un libro, y con un frío que pela.
Se quitó la gorra. Comenzaba a sudar. Su cabeza, afeitada, desprendía un leve vaho. Se sentó en el mismo banco que le había servido para ajustarse los cordones de su calzado. Dejó el libro a su derecha, y miró hacia el mar…
Era… un momento perfecto.
La luna brillaba, baja, muy baja, casi en la línea del horizonte. Su luz, y su reflejo en el mar, sobre unas aguas calmadas, impedían ver las estrellas en aquella dirección. El suave rumor de las olas, era lo único que percibían sus oídos. La playa, sin pisadas que rompieran su monótona superficie, parecía un gigantesco bloque de helado de turrón.
—Hola Luís
Allí estaba…Con su pelo suelto cayéndole graciosamente hacia uno de sus hombros, con sus ojos verde esmeralda mirándole fijamente, encogida de frío, con las manos dentro de los bolsillos de una cazadora negra, con un pantalón vaquero ajustado, y unos zapatos con un poco de tacón, que parecían incomodarle.
Apartó el libro, y extendió su mano.
—Estás helada. Siéntate.
Ella se sentó, y se dejó abrazar. Apoyó la cabeza en su hombro. Su aroma, el olor de su pelo recién lavado, y todavía algo húmedo, sacudió hasta la última célula de su cuerpo. Acarició su mejilla, sin dejar de mirarla. Ella le correspondió con una sonrisa, interrumpida, únicamente, por la tiritona que no había cesado desde que llegara.
Volvió a mirar al horizonte, a la luna, cuyo brillo casi molestaba, al mar resplandeciente. Volvió a escuchar la música de las olas, y sonrió al imaginarse travieso, junto a ella, rompiendo la playa con cientos de juguetonas pisadas.
Cerró los ojos unos instantes. Giró la cabeza, buscándola… A su lado únicamente había un libro. El libro que nunca había dejado de estar allí. Sólo había sido un momento perfecto. Otro maldito momento perfecto.
Calvarian
22 comentarios:
Otro maldito momento perfecto...e imaginado...
Pero no un amor tan imposible.Puede ser un amor que tome forma,que se haga sólido en el tiempo y el espacio.
Un relato característico de ti,Calvarian, donde la tristeza y el desánimo culminan un lindo relato, que podría ser esperanzador.
Aún así,muy bonito, como siempre.
Besix.
bomito relato a veces soñamos despiertos, y en nuestra mente se materializan para con estupor comprobar mas tarde qeu solo fue eso un sueño, una quimera, una ilusion que nos gustaria que se materializara que ese convirtiera en realidad... realmente precioso
Al menos él pudo vivir y disfrutar por unos instantes de ese momento perfecto; otros nunca lo consiguen.
Y pasado el tiempo, qué puede importar que fuese sueño o realidad... lo importante es la experiencia vivida desde el interior. Esa no se borra.
Un relato también perfecto.
Un abrazo.
Un momento recubierto de una aura magica, de estrellitas ,musica, y luz....precioso, pero inevitable en ti, terminar con un final esperanzador o sencillo....ni malo ni bueno, tan solo mirar al horizonte y que no te sientas solo, eso es imposible, jeje.
UN besito.
Marinel.- De imaginado nada...Gorra, paseo, calva vaporosa, desesperanza...Ha pasado un tiempecito de eso pero, cuando giré la cabeza no había más que un libro titulado "Treblinka", vamos para animar a cualquiera jajaja
Besix
Carmina.- Me imagino que hayas querido poner bonito, y no vomito jajaja. Lapsus...Soñé despierto Carmina, de veras...
Besix
Pedro.- Gracias, no sé..no sé, me gustaría no tener tantos momentos perfectos. No se cumplen nunca joerrr.
Abrazox
Insthar.-Pozi, cuando uno tiene tanto tiempo para darle vueltas a las cosas, surgen mis momentos perfectos...Y te aseguro que tengo muchos. Eso sí no se cumplen.
Besix
Amigo, espero que esos momentos se materialicen, algún día... con alguna persona...
Llegará, solo hay que esperar el momento, pacientemente.... como lo hacen los adultos, jajaj.(qué difícil es eso...)
Gracias por tus letras, como siempre, un placer leerte.
Un beso
Natacha.
Es bonito soñar,no tanto el despertar q a veces se tiene, si no encuentras a tu lado lo deseado.
Me encantan tus relatos y éste al igual q ese momento, es "perfecto"
Besos
Bueno...de ilusión tambien se vive. Eso dicen... Pero yo sigo esperando...???
Un abrazo...
Pero que bonito...Ojalá pronto no sea solo ese libro el que te acompañe.
Muchos besos.
PRECIOSO RELATO,ME HA HECHO SOÑAR..ESPERO QUE ALGUN DIA ESE SUEÑO SE HAGA REALIDAD.
BESOS
Este es mi momento perfecto después de leer tú historia... yo también pienso que ya es un privilegio poder soñar... y soñar momentos tan bonitos. No todo el mundo puede hacerlo. Siéntete rico, esos relatos son capaces de llenar cualquier vida. Calvarian sigue soñando y no olvides que sólo hay momentos perfectos, nada es perfecto y lo que es perfecto para mi quizás par tí no lo sea... lo bueno es tener ganas de buscar ese momento perfecto ¡cómo sea!. Es un placer leer tus historias.
Este es mi momento perfecto después de leer tú historia... yo también pienso que ya es un privilegio poder soñar... y soñar momentos tan bonitos. No todo el mundo puede hacerlo. Siéntete rico, esos relatos son capaces de llenar cualquier vida. Calvarian sigue soñando y no olvides que sólo hay momentos perfectos, nada es perfecto y lo que es perfecto para mi quizás par tí no lo sea... lo bueno es tener ganas de buscar ese momento perfecto ¡cómo sea!.
Muy bien escrito, Calvarian.
Una ilusión hermosa que hace honor al título que has elegido.
Mis felicitaciones!
Autores reunidos.- Soy algo pesimista en ese sentido. Mientras tanto vivo de mis momentos perfectos. Gracias por todo...Besix y abrazix
Luis
Gara.- Gracias de veras. A veces hasta se sueña despierto verdad??? Y sí mis despertares...ufff si yo te contara la mala leche que me entra. jeje
Besix
Lelo.- Sí se vive pero cansa mucho, y aparece la desesperanza. En fin, para que...Lelo que gracias por leerme y encantidísimo de que me comentes.
Besix
Ana.- Es un relato trsite en mi línea no??? jejeje. Soy un acaparador de playas de arenas negras juasjuas.
Besix
M JOse.- Dejemoslo en que los sueños en mi se quedan en sueños. Éste fue uno de tantos. Besix y gracias
Inma.- Lo bueno es que no los busco, surgen...pero no son más que sueños no cum`plidos. GRacias Inma. Besix
Patrulich.- Pues gracias. Ilusiones , sueños, imaginación...Si no hay otra cosa nos quedaremos con esto. jeje
Besix
Hombre solitario... pero que imagina muchas cosas. Dulce imaginación.
Calvarian, en verdad era un momento perfecto! Estoy segura que el día que logres cristalizarlo y hacerlo real, tus relatos tendrán lo que llamamos "final feliz"!
Besitos,
Olivia.- Es me queda sueños e imaginación. Besix
Soñadora.- Sólo son sueños y relatos vividos en mis tardes-noches de paseos por la playa. Este fue bastante real. Besix
Detrás de los sueños siempre hay un anhelo... que momento más perfecto, soñado tal vez pero cargado de deseos de realizarse...
no?
Un abrazo.
Haydeé :)
Aheo.- Son momentos perfectos...nada más. Supongo que fruto de la soledad. Nunca se cumplen. Eso es de serie como los airbag en los coches. jeje
Besix
Precioso, un relato tremendamente precioso.
Besos y que sigas teniendo momentos perfectos.
Me ha gustado esta historia. Alguna vez me ha pasado jejeje
Atenea.- Es cierto tengo muchos momentos perfectos, pero son momentos soñados. Lástima
Besix
$ M K.- Que nombre más raro jeje. Supongo que todos tenemos nuestros momentos. Abrazox.
Publicar un comentario