ESTAMOS PUBLICANDO AHORA LOS RELATOS DE: GÉNERO: "LIBRE"; TEMA: "EMPECEMOS JUNTOS".

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martes, 6 de abril de 2010

CLICK

“Al abrir los ojos, podía ver perfectamente las algodonosas nubes que se movían perezosas…
Podía notar como el sol calentaba mi rostro.
¿Dónde estaba?
Un silencio atronador me rodeaba… y entonces, me di cuenta de que no podía recordar…
En mi mano apretaba con fuerza, casi con desesperación, un botón amarillo, que desde luego, no pertenecía a nada que llevase puesto”.

¿Un nuevo estado de consciencia? ¿Una nueva sensación? Una miríada de pequeñas nuevas sensaciones se agolpaban en mi interior y era imposible medirlas, traducirlas. No sé si me sentía feliz en ese taciturno instante… Quizás la mejor palabra que me describía era nuevo. Eso es, me sentía nuevo; pero algo había pasado, algo había vivido que mi mente no llegaba a vislumbrar desde el recuerdo.
Sentí que respiraba más tranquilo; decidí levantarme y cambiar mi rostro de extrañeza por uno más inquisitivo; decidí caminar hasta encontrar algo que me sonara conocido, o bien encontrar una cara amiga; un buen café en algún lugar abierto y lleno de gente. Pero sabía que mi mano derecha llevaba la respuesta firmemente apretada…

... Me quede largo rato mirando aquel botón, dándolo vueltas entre mis dedos, cuando al fin decidí avanzar unos pasos, un torbellino de hojas y arena hicieron que cerrara los ojos cubriéndomelos con los brazos. Cuando conseguí volver a abrir los ojos, estaba rodeada de árboles, hileras de árboles, unos detrás de otros, mire hacia todos los lados,
- “¿Qué esta pasando aquí?”- no lograba entender nada, avance entre los árboles, pisando sobre las hojas secas del suelo, algo en aquel bosque me transmitía paz, de repente, encontré un grupo de árboles, con un “te quiero” pintado entre sus troncos, una punzada de dolor en mi corazón, esto lo conozco, eso forma parte de mi, pero no consigo recordar nada, paso mi mano por los árboles pintados de pintura blanca, intentando que al tocar, algo vuelva a mi cabeza vacía, no lograba recordar nada, mis manos juguetean con el botón en el bolsillo, mientras miro vuelve el aire, al principio suave, acariciando mis mejillas, jugueteando entre los árboles, después mas intenso, levantando las hojas secas del suelo, vuelven a formar un torbellino…

¿Y ahora, donde estoy?

Vuelvo a estar entre árboles, pero esta vez son distintos, estos están dispersos, plantados al azar por la madre naturaleza, un ruido cercano de agua correr hace que desvíe mi vista, al avanzar, una cascada de agua brota entre las rocas, un puente de madera, y grandes rocas con grietas. Pajarillos vuelan de árbol en árbol, cruzo el puente para tocar el agua, esta casi helada, y golpea con fuerza mi mano. Para conseguir que me entrara en calor, metí las manos el los bolsillos, volviendo a tocar aquel botón amarillo.


Otra vez el aire, torbellinos vuelven a formarse a mi alrededor, cierro los ojos, ansiando un nuevo destino, al abrir los ojos, una muchedumbre de gente salta fervorosamente a mi alrededor, con el brazo levantado, y aunque no se oye el bullicio, se siente la fiesta, la gente que hay a mi alrededor me mira y sonríe, alguien habla desde un balcón y todas las miradas se posan en él, cuando termina de hablar, lanza con cohete, el Pum retumba en el silencio que me rodea, y acto seguido el bullicio comienza a oírse, la gente ríe, salta, lanzan gaseosa fría al aire.

Fuertemente sujeto el botón entre mi mano, hasta hacerme daño, cierro los ojos, todo el bullicio desaparece, estoy en el altar de una iglesia, una fila de niños esperan para tomar su primera comunión, el sacerdote sonríe, ahí estoy yo, con las manos extendidas, esperando como los demás, y sobre mis manos, el botón amarillo…


Cierro la mano, y todo vuelve a cambiar delante de mí, unos padres observan un estanque de patos, mientras que una niña con ricitos morenos, lanza gusanitos, a los patos que se arremolinan a sus pies…

Vuelvo a cerrar mi puño sujetando aquel botón, todo es bastante desconcertante pero al mismo tiempo, da tanta paz, tanta seguridad, tanto… hogar, sabe a casa, huele a casa…

Abro los ojos, estoy recostada sobre una cama, un álbum de fotos, sobre mi pecho, en la portada, una desdentada niña de unos siete años, con una chaqueta de punto amarilla, con enormes botones color amarillo…

Eso si lo recuerdo, todo se agolpa en mi cabeza de repente…

-“mama, ¿Cuándo sea vieja como tu, me acordare de todo?- dijo la niña mientras jugueteaba con los botones de la chaqueta dentro del ojal.
- Ja, Ja, Ja, Cuando seas vieja como yo… un simple botón, te transportara a tus recuerdos, a los sueños, a los eternos momentos, pequeña. Y nada, podrá impedírtelo. Sonríe nena…

-CLICK.


CAMINO.

6 comentarios:

CAMINO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
CAMINO dijo...

CLick! comansi nos a dado momentos geniales, llenos de magia y sonrisas.

Reina dijo...

Genial.....!!! tanta verdad... un simple botón nos puede llevar a viajar por entre los recuerdos.......
Muy bueno...!!!

Marinel dijo...

Cualquier objeto nos puede abstraer del presente y hacernos viajar por los momentos vividos,cierto.
Clik.
Besos.

isis de la noche dijo...

Cierto..

A veces basta una mínima cosa para desencadenar el viaje de la memoria..

Besos

Calvarian dijo...

Es cierto, hay objetos que nos traen imágenes y recuerdos. Cuanto más viejales más recuerdos, o eso dicen.
Buen relato

Bésix