ESTAMOS PUBLICANDO AHORA LOS RELATOS DE: GÉNERO: "LIBRE"; TEMA: "EMPECEMOS JUNTOS".

ÓRDEN DE PUBLICACIÓN EN EL LATERAL DEL BLOG. DISFRUTAD DE LA LECTURA, AMIGOS.


miércoles, 14 de abril de 2010

TERRA AUSTRALIS


Al abrir los ojos, podía ver perfectamente las algodonosas nubes que se movían perezosas…
Podía notar como el sol calentaba mi rostro.
¿Dónde estaba?
Un silencio atronador me rodeaba… y entonces, me dí cuenta de que no podía recordar…
En mi mano apretaba con fuerza, casi con desesperación, un botón amarillo, que desde luego, no pertenecía a nada que llevase puesto”.

¿Un nuevo estado de consciencia? ¿Una nueva sensación? Una miríada de pequeñas nuevas sensaciones se agolpaban en mi interior y era imposible medirlas, traducirlas. No sé si me sentía feliz en ese taciturno instante… Quizás la mejor palabra que me describía era nuevo. Eso es, me sentía nuevo; pero algo había pasado, algo había vivido que mi mente no llegaba a vislumbrar desde el recuerdo.
Sentí que respiraba más tranquilo; decidí levantarme y cambiar mi rostro de extrañeza por uno más inquisitivo; decidí caminar hasta encontrar algo que me sonara conocido, o bien encontrar una cara amiga; un buen café en algún lugar abierto y lleno de gente. Pero sabía que mi mano derecha llevaba la respuesta firmemente apretada…

Todavía experimentaba sensaciones de mareo y confusión mientras me ponía de pie. Tenía vagas imágenes y frases casi completas en mi conciencia. Sólo precisaba tiempo para superar ese estado y terminar de juntar las piezas. Un presentimiento me decía que de tiempo precisamente, no tenía mucho. Noté el suelo de piedra perfectamente lisa hasta donde alcanzaba la vista, el círculo trazado en relieve donde yo había aparecido, y otros dos círculos cerca del mío. Esa era la forma de llegar. Recordaba poco a poco, no tan pronto como deseaba.
En esas otras figuras los botones estaban en rojo. Habían sido perdidos o abandonados por quienes vinieron antes. Los recogí, los metí en un bolsillo de mi pantalón, y abroché el mío a mi camiseta con el alfiler que el propio botón traía. La caminata no fue difícil, el sol no quemaba, no había animales salvajes, ni accidentes del terreno, ni siquiera me sentía sediento o cansado. Las viviendas en el horizonte comenzaban a tomar forma, así como los pensamientos en mi cabeza.


“¿Estás seguro? -Tengo que ir. Algo anda muy mal. – No según los instrumentos. –Los instrumentos no pueden medirlo todo. No tienen presentimientos.-Cierra esa mano, concéntrate y relájate”

Ya estaba tan cerca que escuchaba voces, música, gritos que indicaban celebración, alegría. No me habrían visto todavía, ni me estarían esperando. Mi propia percepción del tiempo era diferente aquí. No sabría decir cuánto había caminado o por cuánto tiempo. Mi botón seguía en amarillo.

“Me alegra informarles que ya hemos superado la fase de experimentación. -¿Cuándo podremos ir? – Cuando ustedes lo dispongan. ¿Cuánto tiempo planean pasar allí?”

Mi memoria y mis pasos alcanzaron la zona de viviendas al mismo tiempo. Los dos viajeros bebían y escuchaban música en un jardín.
-¡Doctor, que sorpresa! ¿Quiere unirse a nosotros?
- En realidad es tiempo de que ustedes se unan a mí. – Les mostré los botones en rojo. -¿Ustedes los abandonaron, verdad? Me engañaron. Nunca tuvieron planes de regresar.
_ Lo siento, doctor; pero nuestras donaciones para el proyecto seguro que son una buena disculpa, además del dinero que seguirá recibiendo cada mes mientras viva. Dejamos todo arreglado.
-Sí, lo dejaron todo: la familia, los trabajos, los proyectos, el resto de sus vidas. Este espacio virtual es una terapia de rehabilitación. Cualquier cosa puede ser programada…en función del tratamiento de problemas psicológicos. No se supone que sea una burbuja para escapar del mundo. Sus cuerpos está en estado similar al coma, sus músculos se están atrofiando, pronto sus articulaciones comenzarían a perder parte de su movilidad. ¡Finalmente ustedes serían dos vegetales!
-Ese ya no es nuestro mundo, doc. Ya no tiene nada que ofrecernos. Cuide esos cuerpos el mayor tiempo posible, y sus esfuerzos serán bien recompensados. Incluso un día puede nombrar a un reemplazante y unirse a nosotros. Se lo ha ganado. ¿Desea verse siempre joven? ¿Buen clima garantizado, a menos que elija otra cosa? ¿Diseñar amistades y acompañantes a su medida? Hizo un buen trabajo. – Señaló con un gesto de su brazo derecho los parques, los valles, la laguna, los replicantes que ellos mismos habían creado, paseando y jugando.
-Me temo que yo he crecido entre el dolor. – Les dije.-Me ha enseñado a enfrentar el mundo real y superarme. Ahora no quiero retroceder. Para ustedes pronto será demasiado tarde para regresar. Para es mi es tarde para aceptar ilusiones. Debo retirarme.
Desabroché mi botón. Presioné con fuerza el alfiler. El dolor registrado fue la señal que me hizo regresar, mientras las imágenes de Terra Australis se desvanecían, reemplazadas por las de la camilla, el laboratorio, el mundo real. No era un “hogar, dulce hogar”, pero era el mundo al que estaba acostumbrado.

Jorge Fénix

3 comentarios:

isis de la noche dijo...

Qué interesante historia!!

Los misterios de la mente son insondables y no me queda duda de que hay muchas formas de cruzar los umbrales hacia esas 'tierras ignotas' que esperan ser descubiertas ;)

Me ha encantado pensar en la posibilidad de esta historia ;)

besos

Calvarian dijo...

A caballo entre la realidad y la ficción. Yo tb me quedaría en el mundo real, con dolor incluido.
Abrazos

Marinel dijo...

Siempre me dejas alucinada con tus historias.
Buceas como pocos entre la realidad y la ficción.
Un placer como siempre,amigo Félix.
Besos.