Os voy a contar la historia de cómo cuatro pequeños duendes salvaron el mundo. Escuchad atentos:
En un remoto bosque de un lejano país vivían cuatro duendes en una vieja cabaña. El primero de ellos era joven y alegre, disfrutaba de la luz y sonreía con el trino de los pajarillos. El segundo siempre perezoso y remolón adoraba las siestas después de comer y los baños en el río. El tercer duende era mayor que los dos anteriores y muy enfermizo, pues perdía a cada paso un poco de vida, como un árbol pierde sus hojas. Y el último duende, un viejecillo de pelo canoso pasaba sus días frente a la lumbre envuelto en su tupida manta. Se llamaban Primavera, Verano, Otoño e Invierno y nadie podía calcular su edad. Nadie sabía cuánto hacía que habían nacido, pero el mundo entero celebraba sus cumpleaños.
Se pasaban la mayor parte del año durmiendo y sólo uno de ellos permanecía despierto, vigilando el trabajo que le había asignado la jefa de los duendes: Naturaleza. Era el turno de Primavera. Llevaba despierto sólo dos semanas intentando limpiar el rastro de Invierno, que muy cansado ya por la edad, había olvidado guardar la nieve de las montañas y el hielo de los ríos. Mientras derretía la nieve con la ayuda de los primeros rayos de sol, recibió la visita de Naturaleza.
- Primavera, debes despertar a tus hermanos- dijo muy seria
- ¿por qué?¿qué es lo que pasa?
- La bruja Contamina, está haciendo de las suyas y yo cada vez estoy más cansada, tenéis que ayudarme.
Primavera salió corriendo directo a la cabaña y despertó a gritos a sus hermanos para contarles lo que le había dicho su jefa.
- ¡Verano, Otoño, Inverno¡¡Despertaos¡ Algo malo va a pasar
- ¿Qué dices hermano?- preguntaron los tres
- Contamina ha vuelto y tiene acorralada a Naturaleza. Quiere convertirse en la jefa y crear una sola estación. Quiere que exista un solo duende que cambie nuestro trabajo. Si Contamina gana, solo habrá calor y los polos que tanto tiempo has cuidado Invierno se derretirán y mis pájaros se irán.
- Eso es imposible, ¿qué podemos hacer? Es más fuerte que nosotros- preguntó Verano, aún medio dormido.
- Lo único que podemos hacer es pedirle ayuda a las personas para acabar con esa malvada bruja.
- ¿Cómo?
- Si les enseñamos lo que va a pasar si Contamina gana, a lo mejor podemos conseguir que dejen de tirar la basura y empiecen a reciclar. Sin basura Contamina no tendrá comida y podremos encerrarla para siempre
- ¿Estáis conmigo?
- ¡¡¡ Si ¡¡¡
Así los cuatro duendes empezaron a viajar por el mundo derritiendo el hielo con los rayos de Verano, congelando los campos con el frío de Invierno y estropeando las cosechas con la debilidad de Otoño. Lo que hacían no les gustaba pero era la única opción para atrapar a Contamina.
Cuando los hombres se dieron cuenta de lo que estaba pasando, empezaron a limpiar los ríos y mares. Empezaron a separar la basura y a reciclar. Cada día que pasaba Contamina estaba más débil y los duendes más y más fuertes, así que decidieron ir a atraparla a su escondrijo.
- Sshh no hagáis ruido- dijo Primavera
- Contamina está en su habitación. Sus compinches la han abandonado porque ya no tiene fuerzas y no podrá ser la jefa. Es nuestra oportunidad- dijo Invierno
- Adelante chicos, tenemos que salvar a Naturaleza
Muy despacio y sin hacer ruido los cuatro se adentraron en la guarida de Contamina y la capturaron. Estaba tan cansada por no haber comido que no fue capaz de pelear. La llevaron a su cueva y la encerraron en una jaula con cuatro candados. Cada uno guardó una llave y aunque Contamina intente escaparse siempre habrá un duende despierto que vuelva a cerrar su jaula y a salvar a Naturaleza.
Ocupaciones de jubilada
Hace 2 meses
8 comentarios:
Este cuento me suena de algo. Quizás tenga demasiado de realidad.
Muy original la manera de despertar conciencias, te felicito.
Un abrazo.
Excelente narración
gracias por compartir
cálido abrazo
Me ha gustado mucho la manera didáctica en la que has presentado el tema. ¡Enhorabuena!
Excelente propuesta Seo, muy lindo cuento y como debe ser con moraleja.
Besos.
Un cuento que en su principio ya es desgraciadamente real... ojala podamos los humanos, los irresponsables humanos, poder terminarlo tal como tu nos lo cuentas.
Precioso, Seo..
Gracias, cielo.
Natacha.
gracias a todos
besos
Precioso cuento lleno de buenos deseos. Bésix
Guarda bien las llave y los candados que los vamos a necesitar.
Un abrazo
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