Sentada en la orilla del mar podía sentir como la suave brisa de la tarde acariciaba su cara, y al aspirar el olor del mar le llegaban recuerdos de su infancia.
Podía recordar los años de su niñez, cuando como todos los veranos iban a pasar los días en la playa, ay aquellos maravillosos días en que todos estaban juntos, también recuerda cuando ya de adolescente iba con sus amigos y ese chico que le quitaba el sueño, tumben ya no era lo mismo, como han cambiado las cosas, la vida pasa y vas dejando a gente en el camino,por unas causas u otras todo cambia, los amigos, el trabajo, los amores, todo, ya nada es lo mismo, y aunque aveces sientas añoranza tienes que seguir adelante y ver lo que la vida te depara, otros amigos, nuevos destinos, nuevos amores, solo hay algo que nada cambia es la familia.
Cierra los ojos y aspira el olor a mar, de repente oye una voz que la llama:
—Ana, ven a por la merienda.
Es su madre que la llama, para que vaya a merendar, ella corre hacia donde se encuentra y aunque a regañadientes coge el bocadillo de chorizo que su madre le a preparado.
—No te vayas a la orilla cómetelo aquí.
Ana se come el bocadillo rápido para poder volver al agua a jugar con sus hermana y sus primos. Cuando se dirige a donde están los demás su madre le recuerda que no puede bañarse hasta que no haya echo la digestión.
Así que se queda en la orilla haciendo castillos de arena y jugando con sus primos, como le gusta el tacto de la arena mojada en sus manos y el olor a sal, cuando ya a pasado un rato deciden coger la colchoneta y meterse en el agua.
—No os alejéis mucho -dice su padre.
—Tranquilo que no nos vamos alejar -le contesta su hermana.
Cogen la colchoneta y se meten en el agua ahí se tumban sintiendo el sol en sus caras, y disfrutando de la tranquilidad y el silencio del madre, se lo están pasando en grande. Ana decide tumbarse con los ojos cerrados sintiendo el sol y la brisa en su cara.
De repente una voz conocida le llama:
—Venga Ana cariño, vámonos a casa.
Se despierta y vuelve a estar en la playa pero no tiene 9 años ni esta con sus padres tiene 30 y esta con su marido dando un paseo por el mar.
Todo ha sido un sueño, un sueño maravilloso.
Luisa
Podía recordar los años de su niñez, cuando como todos los veranos iban a pasar los días en la playa, ay aquellos maravillosos días en que todos estaban juntos, también recuerda cuando ya de adolescente iba con sus amigos y ese chico que le quitaba el sueño, tumben ya no era lo mismo, como han cambiado las cosas, la vida pasa y vas dejando a gente en el camino,por unas causas u otras todo cambia, los amigos, el trabajo, los amores, todo, ya nada es lo mismo, y aunque aveces sientas añoranza tienes que seguir adelante y ver lo que la vida te depara, otros amigos, nuevos destinos, nuevos amores, solo hay algo que nada cambia es la familia.
Cierra los ojos y aspira el olor a mar, de repente oye una voz que la llama:
—Ana, ven a por la merienda.
Es su madre que la llama, para que vaya a merendar, ella corre hacia donde se encuentra y aunque a regañadientes coge el bocadillo de chorizo que su madre le a preparado.
—No te vayas a la orilla cómetelo aquí.
Ana se come el bocadillo rápido para poder volver al agua a jugar con sus hermana y sus primos. Cuando se dirige a donde están los demás su madre le recuerda que no puede bañarse hasta que no haya echo la digestión.
Así que se queda en la orilla haciendo castillos de arena y jugando con sus primos, como le gusta el tacto de la arena mojada en sus manos y el olor a sal, cuando ya a pasado un rato deciden coger la colchoneta y meterse en el agua.
—No os alejéis mucho -dice su padre.
—Tranquilo que no nos vamos alejar -le contesta su hermana.
Cogen la colchoneta y se meten en el agua ahí se tumban sintiendo el sol en sus caras, y disfrutando de la tranquilidad y el silencio del madre, se lo están pasando en grande. Ana decide tumbarse con los ojos cerrados sintiendo el sol y la brisa en su cara.
De repente una voz conocida le llama:
—Venga Ana cariño, vámonos a casa.
Se despierta y vuelve a estar en la playa pero no tiene 9 años ni esta con sus padres tiene 30 y esta con su marido dando un paseo por el mar.
Todo ha sido un sueño, un sueño maravilloso.
Luisa
7 comentarios:
Luisa, a veces los recuerdos son tan intensos, que parecen reales... recordar cierta cosas nos lleva al mundo de los sueños...
Muy bonito.
Gracias amiga por este regalo.
Un beso, cielo.
Natacha.
Más que un sueño, éste es un recuerdo del pasado. Aunque a veces se mezclan hasta el punto de no saber distinguirlos. Ese es el misterio y la magia de los sueños, cuando juegan con la realidad.
Magnífico relato, Luisa.
Un beso.
A veces los sueños, no son más que recuerdos...
Besix
A veces recorrer los caminos nos hacen retroceder en el tiempo.Son momentos soñados que se vuelven a vivir como en una nube.
Es un bonito sueño con un estupendo despertar.
Besos.
Recuerdos recuerdos, cómo no soñar que aún estamos en ese bello día soleado junto a los primos o hermanos...
sueños que tuvimos y que ahora solo recordamos!
un abrazo
que bonito también..me estoy leyendo varios de un tirón.Volver a soñar con la infancia siempre deja buen sabor de boca..Un beso
Luisa, hay cosas que atesoramos en la memoria, y que nos parecen hermosos sueños lejanos, pero que son parte de nuestro corazón, y así entiendo que lo siente la protagonista de tu relato.
Muy dulce!
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