La primera vez resultó un completo fracaso.
La segunda, un fracaso menor.
La tercera vez apenas tuvo misterio.
Y las siguientes, mucho mejor.
Por eso es que ahora entras en la alcoba sonriente,
y siempre sales con cara de satisfacción,
orgullosa de estar a mi lado,
contenta por haber sido paciente,
y yo encantado de hacerte dichosa.
De ahí que nunca debamos fiarnos
de nuestros primeros resultados,
de las decepciones iniciales,
siempre tan frustrantes,
pocas veces esperanzadoras
y nunca venturosas.
Yo animo a todo aquel
que no se atreva de nuevo a intentarlo,
porque tuvo un primer fracaso,
a que lo vuelva a hacer,
una y otra vez,
hasta convertirlo en rutinario.
Ya verá como me lo agradecerá,
y su mujer mucho más,
al comprobar cuanto la ama
por haber aprendido de una vez
a hacer bien la cama.
Pedro Estudillo
Ocupaciones de jubilada
Hace 2 meses
7 comentarios:
Poema aleccionador sin duda:)
La verdad es que es como todo,¿no?
Una vez se aprende, nunca se olvida, y a nosostras nos hace felices,es verdad.
Besos.
Lo cierto es que no se aprende sin practica.
Un abrazo
Pues venga todos a practicar, uy! que de diferente sería todo
..Y así podriamos seguir con pasar la aspiradora, limpiaar los quemadores de la cocina, cambiar los pañales, freir patatas etc, etc.
Buen enfoque de tu breve relato-poesia. Me ha hecho sonreir.
Un saludo.
Diantres, amigo, te veo "muy traidor" a nuestra causa... Aconsejandonos, con lindas palabras, que hagamos camas...
Je,je,je
Y ellas, claro, exigiran ademas que limpiemos y ordenemos todo... Y lo malo, es que tienen razon.
Ah, traición...
Je,je,je
Un abrazo amigo
Bueno, Pedro, es cierto que esa es una buena forma en que se nos puede tener contentas, no hay duda.
Muy simpática tu poesía, enhorabuena.
Un beso.
Pilar
jajaja, buena lección hay quien no aprende nunca jajaja
Saludos
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