ESTAMOS PUBLICANDO AHORA LOS RELATOS DE: GÉNERO: "LIBRE"; TEMA: "EMPECEMOS JUNTOS".

ÓRDEN DE PUBLICACIÓN EN EL LATERAL DEL BLOG. DISFRUTAD DE LA LECTURA, AMIGOS.


sábado, 27 de diciembre de 2008

EL OTRO


Miró por la ventana, la luz había desaparecido bajo el suave velo de la noche. Más de cuatro horas escribiendo sin quitar los ojos de la pantalla le habían robado otra tarde de otoño. Sintió frio, se levantó y cerró el cristal de la ventana para que la humedad no se le colara en los huesos. Las puntas de los dedos se le estaban retorciendo por culpa de la artrosis. Volvió a sentarse, ahora en el sillón, y se dispuso a releer lo escrito. Lo hacía cada día al finalizar el tiempo que dedicaba a su novela.

Sin mover los labios, comenzó a recitar interiormente la sucesión de palabras que llenaban los folios y, mientras entonaba la lectura, se percató de un cierto distanciamiento. Las palabras, aunque resonaban en su interior, iban marchándose como si no le pertenecieran. Él permanecía allí asistiendo a todo y las palabras, ya desvinculadas de él, seguían hablando y contándole historias ajenas. No reconocía lo escrito, los vocablos le resultaban nuevos, desconocía haber usado alguno de ellos. Poco a poco se dio cuenta de que la voz, que se iba tornando grave y ronca, procedía del exterior y no del interior de su cuerpo.

Le invadió el estupor. ¿Qué está pasando? Se preguntó mientras oía como la voz firme y grave concedía a las palabras su sitio exacto, las movía amablemente para hacerlas caer precisas en ese hueco de inteligencia reservado a su comprensión. ¡Qué bello sonaba todo! Y qué precisión destilaba el escrito.

A pesar de la ventana cerrada, el aire circulaba por la habitación en forma de brisa cálida y perfumada mientras él, desde la distancia, comprendía lo incomprensible, veía lo invisible y sentía lo que nunca sintió.

Una vez leídos los folios, la voz no cesó como era de suponer, sino que siguió sonando en el exterior y vibrando en su interior. No había nadie con él, sin embargo esa voz le llamaba, le contaba cosas. Le hablaba de él mismo, de cosas que nadie más hubiera nunca sabido y, sin embargo, no era él, alguien había tomado el control de su vida.

¿Quién eres? preguntó y en su interior sintió, sin palabras, la respuesta a su pregunta. Su comprensión era tal que hubiera sido absurdo malgastar letras en describir lo obvio. Sentía que su cuerpo, anclado al suelo, no era más que un estorbo para poder comprender lo real. Alguien, más allá de ese cuerpo, se abría paso a través de él y ponía en su mano las palabras y las ideas que luego se reflejaban en el papel.

Se había sentido tentado a pensar que aquel escritor famoso al que todos aclamaban y cuyos libros se editaban decenas de veces era él. El dinero le había hecho sentirse vencedor, había conseguido brillar y los demás le habían convertido en el objeto de su respeto y de sus envidias.

En el camino habían quedado cadáveres, todos aquellos que no resultaban convenientes para su nueva situación sobre el podio de vencedores. Su mujer, aquella novia de la adolescencia, se había marchado con sus dos hijos tras un divorcio millonario. Él lo había soportado todo en nombre de la fama. Había codiciado la adulación de todos y se había atribuido el mérito de haber logrado todo aquello por sí mismo. Pero se equivocaba, él, un ser tan limitado por su propia piel no podría, aunque quisiera, expresar aquellas ideas con semejante precisión, acariciar esas palabras con tal suavidad que el lector se sintiera hechizado al leer lo que en realidad era parte de su vida sin saberlo. Supo que no debía intervenir, que tenía que dejar su sitio vacío para que el otro viniera a hablarle desde allá lejos, el único lugar donde puede surgir la verdad. No, no era él, era el otro.


Sinkuenta


10 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Un relato fantástico, sin duda. Creo que todos tenemos a ese otro que nos habla al oído, sólo que normalmente no solemos escucharlo.
Tú lo has descrito magistralmente.
Un fuerte abrazo.

Autores Reunidos dijo...

Alicia, sabio texto... de la soberbia del hombre vienen sus golpes y caídas dolorosas...
Todo lo que está en nuestro interior nos conforma...
Un texto extremo por sus conclusiones... Para pensar.
Eres una gran relatadora, me encantó.
Gracias, querida amiga.
Natacha.

josef dijo...

Un texto didáctico escrito con una narrativa excelente. El escritor afamado es devorado por su fama hasta no quedar más que una carcasa vacía de él...Un abrazo!

Patricia López dijo...

Alicia, me pareció una excelente exposición de este tema, un relato muy ameno y con una mirada sabia y elocuente.

Es un hermoso modo de culminar con este género, que nos ha dado la oportunidad de leer tan bellos y diferentes relatos.

Un abrazo grande!

Esther dijo...

sinkuenta como siempre lo que escribes es fantástico y espero que ese "otro" le haya hecho darse cuenta de muchas cosas al protagonista y que le ayudara a seguir escribiendo buenos libros.

besos

Inés Bohórquez (Ibo) dijo...

Todos albergamos dentro ese yo que somos y nunca presentamos.
Es un relato lleno de fantasía pero mas bien en lugar de fantasia tiene mucho de realidad.
Cuantas veces escuchamos esa voz dentro ? cuantas veces sentimos que es otro quien habla o escribe?

no es la conciencia de eso estoy segura es mas bien como si dentro de nosotros vivieran varios de tantos personajes que hemos creado, como si dentro estuviera la verdadera realidad...

Me ha encantado este relato y se que tambien me he visto en ese instante donde mis pensamientos y palabras parecen dichas por alguien mas que vive dentro de mi ... una alma extra tal vez?

me encanto !
felicidades
y Felices Fiestas Para todos de todo corazón!!!

Anónimo dijo...

Sinkuenta, el fin NO justifica los medios, ¿verdad? Siempre lo he creído...

¡Que bien nos lo has recordado!

Me ha gustado mucho. Un beso

I. Robledo dijo...

Amiga, creo que muchos hemos sentido alguna vez como si no fueramos nosotros los que escribiamos... A mi, por lo menos, me ha sucedido... Y uno dice: "pero como se me ha ocurrido escribir esto..."

Inquietante y fantastico relato "fantastico" el que nos has regalado.

Un abrazo, amiga

Marinel dijo...

Sinkuenta, no he podido leerlo hasta hoy,y me he sentido hechizada por lo bien escrito y descrito de ese personaje que habita tan adentro y al mismo tiempo tan lejos que cuando se le presta la atención debida, nos sorprende al máximo...
Es otro yo cercano al que se resguarda hasta que un día por fin se le decide dar paso y anteponerlo a todo, incluso a uno mismo y su apariencia...
Mágico, sensible y directo.
Enhorabuena.
Besos.

Autores Reunidos dijo...

Sinkuenta, me parece magistral la forma en que escribes y defines algo que mayoritariamente pertenece al mundo de lo invisible, y como mucho se manifiesta a modo de sensación... Me recuerda que el escribir es también camino hacia uno mismo... camino lleno de preguntas, unas quizás para distraer, otras para acercar.

Precioso, conciso y, como te decía, magistral.

Un abrazo.

Emig